80% de los ACV se podrían evitar: ¡Ojo a los consejos para prevenirlos!

El 80% de los ACV se pudieron evitar y hay que aprovechar el Día Mundial, 29 de octubre, para crear conciencia frente a la enfermedad.
El 80% de los ACV se pudieron evitar apropósito del Día Mundial que se celebró este 29 de octubre.
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Este 29 de octubre el mundo se conmemoró el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular, ACV, y es que a pesar de que mucho se ha hablado sobre el tema aún hay mucho desconocimiento.

Esta patología es una de las principales causas de discapacidad adquirida en adultos y este año 2023 el lema es «Sé mejor que el ictus».

La efemérides de esta patología es impulsada por la Organización Mundial del Ictus (WSO) para informar a la sociedad sobre la importancia de mejorar la prevención de los accidentes cerebrovasculares y sobre las necesidades de los pacientes afectados y de sus familiares.

El ictus que consiste en «la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una parte del cerebro que puede ser producida por una obstrucción o por hemorragias».

Alrededor de 80 millones de personas que viven en el mundo han sufrido un ACV y, en consecuencia, más de 50 millones de sobrevivientes viven con algún tipo de discapacidad permanente.

Y es por ello que estas fechas sirven para crear conciencia sobre que es este tipo de enfermedad silenciosa y la manera de prevenirla.

El ACV conocido como ataque cerebral o ictus, se produce cuando se interrumpe el flujo de sangre hacia el cerebro, perdiendo suministro de oxígeno y nutrientes, lo que ocasiona un daño en el tejido cerebral, que puede ser duradero, provocar discapacidad a largo plazo, o en ocasiones, incluso la muerte.

José Rozo, internista cardiólogo, presidente del Capítulo de Hipertensión Arterial de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, SCC, indica que, “cerca de 15 millones de personas son afectadas por ACV anualmente, y de estas, aproximadamente 7.5 millones quedan con discapacidad permanente”.

Agregó «estas cifras se podrían reducir si se ponen en práctica medidas de prevención».

Según los expertos, «el 80% de los ictus se podrían evitar controlando los factores de riesgo y hacen que multiplican las posibilidades de que se produzca»

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Factores de riesgo:

Tenga presente que, estos factores son la hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, hipercolesterolemia, consumo excesivo de alcohol, obesidad, estrés, sedentarismo y contaminación ambiental.

Mejorar la forma en que vivimos, comemos y manejamos los problemas del día a día son claves para disminuir el riesgo de ACV, advierte Rozo.

Agregó “otra causa de ACV importante de atención, es la Fibrilación Auricular, una de las arritmias más frecuentes en los mayores de 65 años, el 3.9% se presenta en adultos entre los 65 y 74 años, y hasta del 18.2% en mayores de 80 años».

«En esta arritmia las aurículas no se contraen de forma adecuada produciendo un movimiento de aleteo o fibrilación, haciendo que la sangre coagule dentro de la aurícula izquierda, que impide el flujo sanguíneo a otros órganos, generalmente el cerebro”.

Ojo a las señales de alerta:

Por su parte, María Alejandra Ibáñez, especialista en cardiología, miembro de la SCC, hace un llamado a actuar rápidamente en caso de sospechar un ACV.

«Hay que reconocer los síntomas más comunes, debilidad o entumecimiento repentino en la cara, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo; dificultad para hablar o entender el lenguaje; confusión repentina; problemas de visión en uno o ambos ojos; mareos o pérdida del equilibrio; y dolor de cabeza severo y repentino»

Ante estas señales de alerta, se debe llamar inmediatamente a los servicios de emergencia y no dejar sola a la persona afectada, asegurarse de que esté cómoda, tranquilizarla, y que no realice esfuerzos físicos
o actividades que puedan empeorar la situación.

La especialista manifestó que “un accidente cerebrovascular puede tener un impacto significativo en
la vida del paciente y en su capacidad para realizar actividades diarias».

Los profesionales de la salud debemos evaluar las secuelas físicas, cognitivas, emocionales y trabajar en conjunto con el paciente y su familia para desarrollar un plan de rehabilitación.

Un ACV puede ser devastador y como médicos podemos experimentar frustración o impotencia por no
poder revertir completamente los efectos que puede dejar.

Secuelas tras un ACV:

Tenga en cuenta que la gravedad y la ubicación de la lesión en el cerebro, un ACV puede dejar varias secuelas o efectos a largo plazo:

  • Parálisis o debilidad en una parte del cuerpo que puede afectar la capacidad para moverse,
    caminar o realizar tareas diarias.
  • Dificultad para hablar o entender el lenguaje, lo que se conoce como afasia, que es la
    dificultad para encontrar las palabras adecuadas o para expresarse con claridad.
  • Alteración en las funciones cognitivas, como la memoria, la atención, concentración y el
    razonamiento.
  • Secuelas emocionales y de comportamiento como depresión, ansiedad, cambios de humor,
    irritabilidad o, dificultades para controlar las emociones. También pueden producirse
    cambios en la personalidad y la forma de comportarse.
    “Es importante tener en cuenta que la rehabilitación y el manejo adecuado pueden ayudar a
    minimizar las secuelas y promover la recuperación funcional. Cada persona requerirá un plan de
    atención individualizado y supervisado por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud,
    como médicos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, entre otros”, concluye la doctora Ibáñez.

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