A tan solo una hora de Bogotá, el municipio de Zipaquirá, conocido como la ciudad blanca, se posiciona como uno de los destinos coloniales más encantadores de Cundinamarca. Su riqueza histórica, arquitectura colonial y entorno natural lo convierten en un lugar ideal para escapadas de fin de semana, turismo cultural y experiencias familiares.
Un legado ancestral y comunero
Zipaquirá se encuentra en un territorio habitado desde hace más de 12.000 años, donde culturas ancestrales como los muiscas desarrollaron una economía basada en la explotación de la sal. Este legado se mantiene vivo en su arquitectura y en su papel histórico como epicentro de la revolución comunera, antesala de la independencia de Colombia.
Catedral de Sal: maravilla subterránea del mundo
El principal atractivo turístico de Zipaquirá es la imponente Catedral de Sal, una construcción subterránea única en el mundo, ubicada a más de 180 metros bajo tierra. Este templo mezcla espiritualidad, arte y arquitectura en un recorrido que deja sin aliento a miles de visitantes cada año.
Plaza de los Comuneros y arquitectura colonial
El centro histórico de Zipaquirá conserva su esencia colonial en la Plaza de los Comuneros, rodeada de edificaciones como la Casa de Gobierno, la Casa de los Virreyes y la Casa Obispal, todas con balcones de madera y fachadas blancas que le dan su apodo de ciudad blanca.
Cultura viva y homenaje a García Márquez
Otro punto de interés es el Centro Cultural Casa del Nobel Gabriel García Márquez, ubicado en el antiguo colegio donde el escritor terminó su bachillerato. Este espacio promueve la formación artística y cultural, y rinde homenaje al legado literario del Nobel colombiano.
Un destino completo para todos los viajeros
Zipaquirá ofrece una experiencia integral que combina historia, cultura, espiritualidad y naturaleza. Con su cercanía a Bogotá, su oferta turística diversa y su ambiente acogedor, es un destino imperdible para quienes desean descubrir los tesoros coloniales de Cundinamarca.




