Zarapito fino: una pérdida para la biodiversidad mundial
El zarapito fino (Numenius tenuirostris), una de las aves migratorias más enigmáticas del planeta, fue declarado oficialmente extinto por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta especie, reconocida por su pico largo y curvado, recorría anualmente largas rutas entre Europa, África y Asia, pero no ha sido vista desde 1995.
La decisión fue anunciada tras años de búsqueda sin resultados en sus zonas de cría, paso e invernada. Con ello, el mundo despide a una especie que simbolizaba la fragilidad de los ecosistemas costeros y la urgencia de proteger las rutas migratorias.
Décadas sin avistamientos confirmados
El último registro verificado del zarapito fino ocurrió en Marruecos en 1995. Desde entonces, diversos equipos científicos y organizaciones ambientales intentaron ubicar a algún ejemplar vivo, sin éxito.
En 2018, la UICN ya había catalogado a la especie en “peligro crítico”, al estimar que, si aún existía, su población no superaba los 50 individuos. Sin embargo, los estudios más recientes confirmaron la ausencia total de ejemplares, tanto en los humedales mediterráneos como en las zonas de cría de Siberia.
Las causas detrás de su extinción
Los especialistas apuntan a una combinación de factores que llevaron a la desaparición del zarapito fino. Entre ellos, la pérdida de hábitat por la desecación de humedales, la caza ilegal y el cambio climático. Estas amenazas afectaron directamente las áreas donde la especie descansaba y se alimentaba durante sus largas migraciones.
Además, la falta de medidas de conservación internacionales efectivas impidió frenar el declive de la población a tiempo. El caso del zarapito fino se suma a la lista de aves migratorias costeras que desaparecen debido a la actividad humana.
Un llamado urgente a la acción global
La extinción del zarapito fino deja una lección clara: proteger los ecosistemas costeros y las rutas migratorias es vital para la supervivencia de miles de especies. Organizaciones ambientalistas insisten en que la cooperación internacional y la restauración de humedales deben ser prioridades urgentes.
Este suceso refuerza la importancia de programas globales como el Convenio de Ramsar y la Red de Reservas de la Biosfera, que buscan preservar los hábitats donde estas aves encuentran refugio durante sus viajes.


