Zapatos Fuera, Salud Dentro: Un Hábito Transformador

Establece una "zona de descalzado" cerca de la entrada: Coloca un felpudo para limpiarse los pies al llegar y una cesta o estante para dejar los zapatos.
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¡Es fascinante cómo un hábito tan sencillo como quitarse los zapatos al entrar a casa puede generar una cascada de beneficios para tu salud! Aquí te explico cómo:

El «Efecto Arrastre»: Lo que traen tus zapatos del exterior

Imagina la cantidad de lugares que tus zapatos pisan a lo largo del día: calles, aceras, baños públicos, transporte, parques, ¡y la lista sigue! En cada uno de estos lugares, tus suelas recogen una variedad de contaminantes, que incluyen:

  • Bacterias y virus: Estudios han demostrado que las suelas de los zapatos pueden albergar una gran cantidad de bacterias, incluyendo algunas resistentes a los antibióticos como Clostridium difficile (C. diff) y Escherichia coli (E. coli). También pueden transportar virus.
  • Hongos y parásitos: Esporas de hongos que causan pie de atleta u otras infecciones fúngicas, así como huevos de parásitos intestinales, pueden adherirse a tus zapatos.
  • Productos químicos tóxicos: Pesticidas de parques y jardines, herbicidas, residuos de asfalto, alérgenos como polen y caspa de animales, e incluso metales pesados pueden ser transportados en tus suelas.
  • Polvo y suciedad: Aunque parezca inofensivo, el polvo del exterior puede contener muchas de las sustancias mencionadas anteriormente, además de ácaros del polvo y otros alérgenos.

Los Enormes Beneficios para tu Salud al Dejar los Zapatos en la Puerta:

  1. Reducción de la exposición a gérmenes y enfermedades: Al evitar que todos estos microorganismos entren a tu hogar, disminuyes significativamente el riesgo de infecciones bacterianas, virales y fúngicas para ti y tu familia. Esto es especialmente importante si tienes niños pequeños que gatean o juegan en el suelo, o personas con sistemas inmunológicos comprometidos.
  2. Menos alergias y problemas respiratorios: Al limitar la entrada de polen, caspa de animales y ácaros del polvo que se adhieren a tus zapatos, puedes crear un ambiente interior más limpio y reducir los desencadenantes de alergias y asma.
  3. Un hogar más limpio con menos esfuerzo: Sin la constante introducción de suciedad y polvo del exterior, tendrás que limpiar tus pisos con menos frecuencia y dedicar menos tiempo a las tareas de aseo. Esto se traduce en más tiempo libre y menos estrés.
  4. Menor riesgo de exposición a toxinas: Al no arrastrar pesticidas, herbicidas y otros productos químicos al interior, creas un ambiente doméstico más seguro, especialmente importante para la salud a largo plazo.
  5. Protección de tus pisos: La arena, las pequeñas piedras y otros residuos adheridos a tus zapatos pueden rayar y dañar tus pisos de madera, laminado o incluso baldosas con el tiempo. Quitarse los zapatos ayuda a preservar la apariencia y la vida útil de tus suelos.

Implementando el Hábito:

Crear este hábito es sencillo:

  • Establece una «zona de descalzado» cerca de la entrada: Coloca un felpudo para limpiarse los pies al llegar y una cesta o estante para dejar los zapatos.
  • Ten calzado de interior cómodo: Invierte en zapatillas, pantuflas o calcetines limpios y cómodos para usar dentro de casa.
  • Comunica la regla a tus visitantes: De forma amable, pide a tus invitados que también se quiten los zapatos al entrar. Puedes tener a mano algunas zapatillas desechables o lavables para ellos si lo deseas.

En definitiva, un acto tan simple como dejar tus zapatos en la puerta puede tener un impacto profundo y positivo en la salud de tu hogar y de quienes lo habitan. ¡Es una pequeña acción con enormes recompensas!

Mi madre siempre ha tenido una norma inquebrantable: nada de zapatos que se usan en el exterior dentro de la casa. No importaba quién fueras -familiar, vecino o invitado-, tenías que quitártelos antes de cruzar el umbral.

De niña, pensaba que era una de sus muchas manías. Pero a medida que me fui haciendo mayor (y más sabia), comprendí que no se trataba de un orden obsesivo. Se trataba de salud, seguridad e higiene.

La limpieza se asocia con frecuencia con la suciedad visible. Pero cuando se trata del calzado, lo que se esconde bajo la superficie suele ser microscópico y mucho más peligroso que un poco de barro o hierba seca.

El calzado de exterior es portador de bacterias, alérgenos y sustancias químicas tóxicas, muchas de las cuales están relacionadas con graves problemas de salud.

Piensa por dónde pasa tu calzado cada día: baños públicos, aceras, pasillos de hospitales y césped tratado con productos químicos como herbicidas e insecticidas para controlar las malas hierbas y las plagas.

Según un estudio de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, la friolera del 96% de los zapatos dio positivo en bacterias coliformes, que suelen encontrarse en la materia fecal.

Y lo que es más inquietante, el 27% contenía E. coli, una bacteria relacionada con diversas infecciones, algunas de ellas potencialmente mortales.

Mientras que algunas cepas de E. coli son inofensivas, otras producen shigatoxinas, que pueden causar diarrea sanguinolenta y provocar síndrome urémico hemolítico, una afección potencialmente mortal que produce insuficiencia renal.

Los niños menores de cinco años corren un riesgo especial debido al desarrollo de su sistema inmunitario y a que se llevan la mano a la boca con frecuencia.

Pero el E. coli no es el único germen que se cuela en tu salón. Los zapatos también recogen Clostridium difficile, una bacteria conocida por causar diarrea dolorosa y a veces grave, y Staphylococcus aureus, incluido el SAMR una «superbacteria» resistente a los medicamentos que puede causar infecciones profundas de la piel, neumonía o incluso infecciones mortales del torrente sanguíneo.

No solamente gérmenes

Los riesgos para la salud van más allá de las bacterias.

El calzado también actúa como portador de sustancias químicas y alérgenos. Estudios demostraron que el calzado para exteriores puede contener pesticidas, herbicidas y metales pesados ​​como el plomo, los cuales representan graves riesgos para la salud, especialmente para niños pequeños y mascotas.

La exposición al plomo, a menudo presente en el polvo o la tierra urbana, es especialmente perjudicial para los niños, ya que puede afectar el desarrollo cerebral y causar problemas cognitivos permanentes.

Además, alérgenos como el polen pueden adherirse a las suelas, agravando las alergias y los problemas respiratorios en lo que debería ser un refugio seguro.

Aún más alarmante es que los selladores de asfalto utilizados en las carreteras contienen compuestos cancerígenos. Un estudio estadounidense reveló que estas sustancias químicas pueden encontrarse en interiores y persistir en el polvo doméstico, a veces en niveles 37 veces superiores a los del exterior.

¿Y quiénes pasan más tiempo cerca del suelo? Los niños y las mascotas. Los niños gatean, juegan y con frecuencia se llevan las manos a la boca. Las mascotas se lamen las patas después de caminar sobre estas superficies contaminadas. Usar calzado de exterior en interiores puede aumentar involuntariamente su exposición a sustancias nocivas.

Suelos limpios, casas saludables

Dada la evidencia, la regla de mi madre ya no suena tan descabellada. De hecho, podría ser una de las medidas de salud pública más sencillas y eficaces que puedes adoptar en casa.

Al quitarte los zapatos al entrar, no solo evitas que la suciedad manche la alfombra, sino que también reduces significativamente la exposición de tu familia a microbios y sustancias químicas dañinas.

Y no es difícil de hacer. Considera designar una zona para dejar los zapatos junto a la entrada o quizás poner un zapatero o una cesta e incluso unas zapatillas cómodas para los invitados.

Pedirle a alguien que se quite los zapatos puede resultar incómodo al principio, pero es fácil pasar por alto que algo tan rutinario como entrar en casa puede conllevar riesgos tan ocultos.


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