La reconocida gaitera cartagenera, Mayté Montero, compartió en una entrevista con EL HERALDO sus primeros pasos en la música y su vínculo con la gaita, instrumento emblemático del Caribe colombiano. Hoy, recibirá un merecido homenaje en la tradicional Noche de Tambó, un evento que celebra su legado y su aporte al folclor.
Mayté, cuyo nombre es sinónimo de la gaita, cuenta que su relación con este instrumento no fue instantánea. A pesar de que la gaita tiene un fuerte vínculo con la identidad femenina y ha sido históricamente interpretada por hombres, Mayté fue quien la llevó a los escenarios más grandes del mundo.
En sus propias palabras, su primer encuentro con la gaita fue algo fortuito: “Yo no sabía que existía la gaita. Vi por primera vez una en el colegio, cuando vi un grupo de folclor orquestado que la incluía. Yo conecté con ella a segunda vista, porque la primera vez no tenía ni idea, y además aquel profesor era mi hermano, que estaba aprendiendo a tocar, entonces no tenía la experiencia ni para tocar ni para enseñar.”
Aunque su primer instinto no fue la música, el destino de Mayté la llevó a abandonar su inclinación hacia el comercio exterior para abrazar la música con pasión. Desafió las expectativas de su familia, quienes se preocupaban al verla dedicarle tantas horas a la gaita, llegando tarde a casa después de ensayos y presentaciones. Sin esperar recompensas materiales, solo la satisfacción de compartir su arte, Mayté se dedicó por completo a su amor por la música.
Su dedicación al instrumento fue tal que la invitaban a reuniones solo para escucharla tocar, lo que muestra la fascinación que causaba su talento. Para ella, la gaita no fue solo una cuestión de técnica, sino una conexión profunda con su alma.
Hoy, su nombre es una referencia indiscutible en la música folclórica del Caribe, y su homenaje en la Noche de Tambó es un tributo a su arduo trabajo y legado.
