La seguridad en Tunja: entre caravanas y una dura realidad
Redacción Extra
Durante la Semana Santa, el alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, lideró la Caravana de la Seguridad junto a la Policía Metropolitana, con el objetivo de promover mensajes de autocuidado y prevención. Según el mandatario, “vivimos una Semana Santa en paz”, destacando un supuesto balance positivo que reafirma a Tunja como la capital más segura del país.
Sin embargo, la percepción ciudadana contradice ese optimismo oficial. Pocos minutos después de la caravana en el barrio El Dorado, un hombre fue asesinado. El hecho, aún bajo investigación, pone en duda la eficacia de las estrategias promovidas por la administración.
No fue un caso aislado. La reincidencia delictiva de alias “Xiomara”, capturada nuevamente, generó frustración en la comunidad. Muchos ciudadanos consideran que la justicia es débil y repetitiva.
Carmenza Pulido, habitante de la ciudad, expresó: “La seguridad de la que él habla es solo en la zona norte, el resto está lleno de jíbaros”. Por su parte, Juliana Olivares criticó el decreto de comercio 24 horas: “Solo trajo más desorden. Las tiendas se volvieron cantinas, hay escándalos, riñas y hurtos todo el día”.
Además, denuncian una falta de respuesta oportuna por parte de la Policía, especialmente en sectores que comparten el mismo cuadrante operativo, lo que limita su capacidad de reacción.
Mientras el centro de la ciudad se ve cada vez más afectado por el microtráfico, las autoridades enfocan sus esfuerzos en operativos vistosos y discursos triunfalistas, dejando de lado las soluciones reales.
Si Tunja aspira a ser verdaderamente segura, debe reconocer sus fallas y priorizar el bienestar de la ciudadanía sobre la imagen pública.




