En la madrugada del 24 de marzo, un nuevo vuelo de deportación aterrizó en Venezuela, trayendo consigo a 199 venezolanos que habían sido deportados desde Estados Unidos, tras una pausa de 32 días en los vuelos. Esta reactivación se da en un contexto de tensión entre los gobiernos de Venezuela y EE. UU. El ministro de Interior venezolano, Diosdado Cabello, aclaró que, según su conocimiento, “no ha habido nada a cambio” por parte de los Estados Unidos en el proceso de reactivación de los vuelos.
Llegada
Los migrantes llegaron a Venezuela luego de ser trasladados desde Texas a Honduras, donde hicieron un transbordo a un avión de la aerolínea estatal Conviasa. Este proceso ha sido común en vuelos anteriores, que han incluido a venezolanos provenientes de la base militar de Guantánamo. Cabello también negó las informaciones sobre la presencia de mujeres venezolanas entre los deportados, refiriéndose a rumores sobre posibles traslados a El Salvador, que involucrarían a personas con antecedentes penales. Asimismo, expresó que no ha recibido respuesta oficial de las autoridades salvadoreñas, a pesar de las solicitudes para obtener más detalles sobre los 238 venezolanos enviados a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador.
Con este vuelo, ya son cuatro los aviones que han llegado a Venezuela con repatriados desde EE. UU., sumando 565 deportados en total. En la mayoría de los casos, los migrantes llegaron esposados y bajo estrictas medidas de seguridad. Mientras tanto, la administración de Nicolás Maduro continúa respondiendo a las acusaciones de la administración Trump, que había suspendido la licencia de Chevron, entre otros motivos, debido a la falta de cumplimiento de los vuelos por parte del gobierno venezolano. Por su parte, el gobierno venezolano ha responsabilizado al Departamento de Estado de EE. UU. por la interrupción de estos vuelos, en el marco de la crisis migratoria que persiste en la región.




