La mandataria Johana Aranda prometió que la obra de las piscinas de la 42 se entregaría para el mes de octubre.
Las piscinas olímpicas de la Unidad Deportiva de la calle 42, un proyecto largamente esperado por los deportistas de Ibagué, no fueron entregadas el 14 de octubre de 2024, tal como lo había prometido la alcaldesa Johana Aranda. Este compromiso había sido presentado como un regalo en el marco del cumpleaños de la ciudad, pero la obra no estuvo lista. Según Freddy Humberto Pérez, interventor del proyecto, el avance de las obras alcanzaba el 70% y se necesitarían al menos dos meses más para su finalización.
A pesar del retraso, Pérez afirmó que el progreso de las obras había sido normal durante ese año y que los detalles pendientes no representaban grandes contratiempos. Sin embargo, el incumplimiento generó malestar entre los deportistas y la comunidad en general, quienes ya habían sido engañados previamente por el exalcalde Andrés Hurtado, quien tampoco pudo cumplir con la entrega de este escenario deportivo.


Uno de los principales motivos del retraso fue la fabricación de los equipos necesarios para las piscinas, los cuales estaban siendo elaborados por una empresa extranjera debido a sus especificaciones especiales. No obstante, la comunidad se mostró escéptica, ya que el proyecto había enfrentado varios tropiezos, como la demolición de estructuras previas sin justificación aparente, lo que generó dudas sobre la seriedad del proyecto.
Este no ha sido el único proyecto sin culminar por parte de la administración municipal.
Desde el pasado mes de abril, se supo que la Unión Temporal Unidad Deportiva, responsable de la construcción, había solicitado una adición presupuestal de $8.000 millones a la Alcaldía de Ibagué para completar la obra. Esta petición fue vista como un nuevo obstáculo en la entrega de un espacio deportivo que los ciudadanos habían esperado por mucho tiempo.


Los deportistas de Ibagué, quienes fueron los más afectados por este retraso, expresaron su frustración ante la falta de claridad y los repetidos incumplimientos por parte de la administración municipal. Muchos sintieron que habían sido engañados una vez más y temieron que la obra continuará acumulando retrasos y adiciones presupuestales sin solución definitiva. Mientras tanto, la alcaldesa Aranda tuvo que enfrentar el descontento generalizado de la comunidad, que esperaba con ansias la entrega de estas instalaciones para el desarrollo del deporte en la ciudad. Este nuevo retraso puso en duda la capacidad de la administración para cumplir con los compromisos que afectan directamente a los ciudadanos.




