VUELVE AL RUEDO

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En medio de la fractura interna que sacude al Partido Liberal en el Tolima, el exalcalde y ahora candidato a la Alcaldía de Melgar, GENTIL GÓMEZ OLIVEROS, sorprendió al demostrar que cuenta con un respaldo significativo de la colectividad roja. Su inscripción se realizó el 1 de julio de 2025, representando la coalición “Melgar Volverá a Ser Grande”, con el apoyo del Partido Liberal Colombiano, Autoridades Indígenas de Colombia (AICO), el Partido Centro Democrático y el Partido Cambio Radical.

El pasado domingo, una concentración organizada exclusivamente por liberales y con el aval de la Dirección Nacional Liberal (DNL) dejó claro que su campaña avanza con fuerza, sumando además el apoyo de la representante Olga Beatriz González. La manifestación, realizada en la llamada “ciudad de las piscinas”, fue calificada por simpatizantes como un hecho político contundente, que ratifica la división del liberalismo y abre paso a nuevos liderazgos.

Integrantes del equipo de Gómez aseguraron que este evento superó en convocatoria a la reunión del día anterior, encabezada por el exsenador Mauricio Jaramillo y el candidato rival Francisco Bermúdez. 

La entrada en carrera de Gentil Gómez Oliveros para las elecciones atípicas en Melgar ha puesto patas arriba el panorama político local y ha encendido una tormenta en el Partido Liberal. Hasta hace pocas semanas, el candidato del Partido de la U, Francisco Bermúdez, con el respaldo del exalcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, era considerado el favorito indiscutible para quedarse con la Alcaldía. Sin embargo, el aterrizaje de Gómez no solo le arrebata parte de ese favoritismo, sino que también ha desatado una guerra interna que amenaza con fracturar a uno de los partidos tradicionales del Tolima.

El primer golpe de esta movida lo recibió el sector liberal liderado por el exsenador Guillermo Jaramillo. La Dirección Nacional Liberal decidió otorgar el aval oficial a Gómez Oliveros, desconociendo el coaval que el directorio departamental había entregado previamente a Bermúdez. Este cambio dejó en el aire el trabajo político adelantado por varias semanas y generó un profundo malestar en las bases, especialmente entre quienes veían en ‘Pacho’ Bermúdez la mejor carta para retener poder local.

Las consecuencias no se hicieron esperar. Diputados como Julio Morato y Carlos Reyes, que habían mostrado simpatía por Bermúdez, ahora están atados de manos. Cualquier respaldo público al candidato del Partido de la U podría interpretarse como doble militancia, una falta que pondría en riesgo sus curules.


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