Votaciones con limitación

La sesión del Concejo de Garzón, presidida por Chirly Lamilla, reveló tensiones políticas y cuestionamientos éticos por inhabilidad.
La sesión del Concejo de Garzón, presidida por Chirly Lamilla, reveló tensiones políticas y cuestionamientos éticos por inhabilidad.
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La sesión del Concejo Municipal de Garzón Huila del lunes 1 de septiembre de 2025 dejó al descubierto las tensiones internas y la vulnerabilidad ética de la política local. Presidida por Chirly Lamilla, la jornada estuvo marcada por la inhabilidad de siete concejales, quienes quedaron fuera de la discusión de proyectos por conflictos de interés. Entre ellos figuraron Albeiro Manjarres, César Vargas Gaitán y Chily Joan Alamilla Quintero, lo que generó cuestionamientos sobre si estas restricciones obedecen a la legalidad o a maniobras estratégicas para controlar decisiones dentro de la corporación.

La ausencia de estos miembros obligó a conformar un quórum reducido de ocho concejales, quienes asumieron la responsabilidad de aprobar los proyectos en trámite. Esto encendió las alarmas sobre la representatividad y la transparencia en la toma de decisiones, pues decisiones que afectan a toda la comunidad se estaban tomando sin la presencia de casi la mitad de los representantes electos. Ciudadanos y analistas locales señalaron que, aunque la inhabilidad es legalmente procedente, su aplicación selectiva puede convertirse en un instrumento político para limitar voces críticas y garantizar la aprobación de iniciativas sin oposición significativa.

Quórum controvertido

Durante la sesión, los concejales presentes, incluyendo a Boris Iván Botello, Andrés Felipe Lugo, Nur María Zambrano de Cádiz y Adriano Ciceri Lugo, cumplieron con el quórum legal, pero las críticas no tardaron en aparecer.

Algunos asistentes y miembros de la comunidad cuestionaron si la reducción de miembros habilitados afectaba la legitimidad de los proyectos aprobados. Las tensiones se hicieron visibles cuando se mencionaron posibles favoritismos y un uso estratégico de las inhabilidades para consolidar intereses particulares en la corporación, dejando entrever un manejo de las normas que podría privilegiar decisiones políticas sobre el bienestar general.

Ética cuestionada

El episodio plantea un dilema que va más allá de la legalidad: ¿hasta qué punto las inhabilidades protegen la ética y cuándo se convierten en un mecanismo de control político? Para algunos concejales, estas restricciones son un recordatorio necesario de la importancia de la ética y la transparencia; para otros, son un pretexto para excluir miembros incómodos y facilitar la aprobación de decisiones sin debate real.

En consecuencia, la sesión evidencia que la política local en Garzón enfrenta desafíos profundos: los procedimientos legales no siempre aseguran legitimidad ni confianza de la comunidad. La inhabilidad de concejales, lejos de ser un simple formalismo, genera descontento, polarización y dudas sobre la gobernabilidad, dejando a los ciudadanos preguntándose si la transparencia y la justicia en el Concejo Municipal están realmente garantizadas.


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