El padre Carlos Saúl Jaimes Guerrero, sacerdote de la Orden de San Agustín, fue liberado tras permanecer secuestrado por aproximadamente 40 días en el municipio de Viotá, Cundinamarca. El religioso, de 30 años, había desaparecido el 18 de junio de 2025 cuando se movilizaba en su vehículo, el cual fue hallado abandonado y encendido cerca de la quebrada La Rea, en la vereda La Unión. Aunque las autoridades continúan la investigación, se sospecha que su secuestro tuvo fines extorsivos y estaría relacionado con un grupo delincuencial, aunque hasta ahora no se ha identificado ni declarado un responsable ni se ha confirmado si se pagó alguna cantidad por su liberación.
La comunidad de Viotá, junto con la Orden de San Agustín y las autoridades locales, expresaron su alivio y alegría por la liberación del padre Jaimes. Desde la desaparición, se activaron operativos conjuntos entre la Policía, el Ejército, Fiscalía y el Gaula para dar con su paradero. Además, se ofreció una recompensa de hasta 10 millones de pesos por información que ayudara a localizarlo. La comunidad religiosa pidió respeto y discreción para que el sacerdote pueda recuperarse en tranquilidad al lado de su familia y en su entorno espiritual.
El carro del padre fue encontrado en condiciones que despertaron preocupación, pues fue hallado encendido y abandonado sin señal de violencia directa sobre el vehículo. El episodio generó conmoción por la inseguridad en la región y abrió hipótesis de secuestro extorsivo, una problemática recurrente en zonas rurales del país.
Para las autoridades, la liberación representa un éxito operativo y un respiro para la comunidad, que asistió angustiada durante semanas a la incertidumbre sobre su líder espiritual. La Fiscalía mantiene abiertas las investigaciones para esclarecer los hechos y encontrar a los responsables. Mientras tanto, la Orden de San Agustín ha iniciado un proceso de acompañamiento y recuperación para el padre Jaimes, quien se encuentra sano y salvo, rodeado del apoyo familiar y comunitario.




