Paso en la cara de las autoridades y no hicieron nada
La creciente ola de inseguridad que afecta a Bogotá dejó un nuevo episodio alarmante en el sector del Centenario, donde una barbería fue víctima de un violento asalto perpetrado por dos sujetos armados que se movilizaban en motocicleta.
Un asalto a plena luz del día
Maicol Pérez, trabajador del establecimiento, relató los momentos de terror que vivieron él y sus compañeros cuando los delincuentes irrumpieron en el local, los amenazaron con armas de fuego y les exigieron entregar sus pertenencias. «Nos quitaron los celulares, el dinero en efectivo que teníamos en caja y hasta la motocicleta de uno de nuestros compañeros. Fue un momento de pánico, no sabíamos si nos iban a disparar», contó.
Los comerciantes de la zona aseguran que los robos han ido en aumento y que la barbería no ha sido el único negocio afectado. «Aquí todos estamos en riesgo. Cada día se reportan más asaltos y no hay respuesta de las autoridades», expresó un comerciante del sector.
Falta de acción
Uno de los puntos más indignantes del caso es que la barbería está ubicada a pocos metros de una estación de policía, lo que hace aún más preocupante la falta de reacción de las autoridades ante el atraco. «Esto pasó prácticamente en las narices de la policía, y nadie hizo nada. Ni siquiera una patrulla se acercó a ver qué había ocurrido. Nos sentimos completamente desprotegidos», denunciaron los afectados.
Además, los trabajadores del establecimiento han visto comprometida su fuente de ingresos, pues los celulares robados eran su principal medio de contacto con los clientes. «Nos dejaron sin herramientas para trabajar. Todo lo manejamos por los celulares, desde las citas hasta la promoción del negocio. Ahora, ¿cómo seguimos adelante?», lamentó Pérez.
La comunidad del Centenario exige a la Policía Metropolitana y a la Alcaldía Mayor de Bogotá tomar medidas urgentes para frenar la delincuencia que azota la zona. Piden mayor presencia policial, patrullajes constantes y estrategias efectivas para desarticular las bandas criminales que operan en el sector.
«Ya no es solo el miedo de perder nuestras pertenencias, sino el temor por nuestras vidas. Hoy fue un robo, mañana podría ser algo peor. No podemos seguir viviendo así», expresó con preocupación uno de los vecinos del sector.
Mientras tanto, los comerciantes y residentes siguen esperando respuestas y acciones concretas que les devuelvan la tranquilidad y les permitan desarrollar sus actividades sin el temor constante de ser víctimas del crimen.
