La situación en el Valle del Cauca es crítica, del 15 al 18 de octubre se ha registrado un registro de asesinatos.
En el municipio de La Vega, el líder indígena Luis Alfonso Narváez fue torturado y asesinado. “Tenía alrededor de cinco heridas de bala y una puñalada en el cuello”, según Mauricio Capaz, consejero del CRIC.
En Caldono y en Buenos Aires fueron asesinados otros cinco indígenas, en Argelia cegaron la vida del líder campesino Efrén España.
El ministro de Defensa, Diego Molano, se refirió a los hechos: «nos duele la muerte de los líderes sociales, pero aquí el enemigo de los líderes sociales es el narcotráfico que se ha arraigado en el Cauca».
También en Argelia, cinco jóvenes murieron, aparentemente durante enfrentamientos entre grupos ilegales.
En comerciantes se encontraron los cuerpos de dos venezolanos y en Morales los de dos miembros de un consejo comunitario.
«Hemos hecho un llamado a la comunidad internacional para que interceda en, digamos, establecer las garantías de los derechos humanos aquí en Colombia», dijo Ancizar Majín, asesor del CRIC.
A las autoridades les preocupa que cuando se despliegan operativos para intentar controlar el orden público, la propia comunidad los rechace.
“Son los disturbios de la población a las actividades de erradicación, a las actividades de control del narcotráfico en la zona”, dijo el Ministerio de Defensa.
En Timbío hubo un feminicidio y en Puerto Tejada dos homicidios, incluido el de la niña Shailin Mariana, de tan solo 3 años.




