Un reciente ataque de pirañas en el Lago de Merecure, ubicado en Villavicencio, dejó a tres niños con heridas graves, generando indignación y cuestionamientos sobre las medidas de seguridad implementadas en el lugar. Según testigos y familiares, los menores fueron mordidos mientras disfrutaban de un baño en el lago, que forma parte de un centro vacacional popular entre locales y turistas.
Hecho
Una de las víctimas, una niña, perdió parte de un dedo del pie derecho como consecuencia de las mordeduras, mientras que los otros dos niños sufrieron lesiones menos graves, pero igualmente dolorosas y traumáticas. Los familiares de los pequeños afectados denunciaron que, pese a la gravedad de la situación, el establecimiento no contaba con una ambulancia o servicios de emergencia disponibles.
Debate
La situación ha despertado un intenso debate en la comunidad y entre los usuarios del centro vacacional, quienes exigen respuestas tanto del establecimiento como de las autoridades locales. Los turistas que presenciaron el hecho cuestionaron la falta de medidas preventivas en el lago, como redes de contención que puedan evitar la presencia de especies peligrosas en las áreas destinadas al baño.
“Claro que el establecimiento tiene que ver con esto”, expresó una residente de la ciudad. “Es su obligación brindar seguridad a sus clientes, y eso incluye el control de especies. Si uno va a un restaurante y le sale una cucaracha en la comida, ¿de quién es la culpa? ¿Del cliente por ir allí o del restaurante por no cumplir con los protocolos de higiene?”, manifestó una ciudadana de la capital llanera.
Más control
Por su parte, miembros de la comunidad han hecho un llamado a la Secretaría de Salud de Villavicencio, liderada por Yaned Sierra Castrillón, para que refuerce los controles en establecimientos turísticos y recreativos. Argumentan que este tipo de incidentes evidencian una falta de supervisión y regulación que pone en riesgo la integridad de los visitantes.
Hasta el momento, el centro vacacional no se ha pronunciado públicamente sobre lo ocurrido. Sin embargo, la presión social crece, y muchos exigen que se tomen acciones inmediatas para garantizar la seguridad de los turistas.
La situación también ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los operadores turísticos en la prevención de riesgos, así como la necesidad de informar a los visitantes sobre posibles peligros asociados al uso de lagos y balnearios naturales. En este contexto, se espera que las autoridades locales y los administradores del lugar implementen medidas correctivas, que podrían incluir la instalación de redes protectoras, señalización más clara y un plan de respuesta rápida ante emergencias.



