El anuncio del Festival de Verano en Villavicencio, programado del 17 al 19 de enero, desató una ola de críticas e inconformidades entre los habitantes de la ciudad, quienes cuestionaron la pertinencia de realizar un evento de esta magnitud en medio de problemas como la inseguridad, el deterioro de las vías y la falta de agua potable.
Evento
El evento, que se llevará a cabo en una playa acondicionada en la margen izquierda del río Guatiquía, a 600 metros del puente antiguo, busca aprovechar el dique perimetral inaugurado este año por el alcalde Alexander Baquero y la gobernadora Rafaela Cortés. Según declaraciones del mandatario, los preparativos ya iniciaron, incluyendo la adecuación del lugar y la instalación de alumbrado, en coordinación con la empresa Alborada.
Sin embargo, el anuncio no fue bien recibido por parte de los ciudadanos, quienes expresaron su inconformidad a través de redes sociales y en diversos espacios públicos. Muchos consideran que la administración municipal está priorizando el entretenimiento en lugar de atender las necesidades urgentes de la ciudad.
Críticas
Entre los comentarios más contundentes, Miriam Bermúdez, residente de Villavicencio, lamentó la falta de atención de la administración a los problemas cotidianos: “Estamos en la inmunda con ese alcalde. Ni siquiera nos escucha ni nos pone cuidado. Qué tristeza tan grande. Esa inseguridad, sin agua, las calles llenas de huecos, y él pensando en fiestas. Ni en Navidad se acordó de la gente que lo apoyó para llegar al cargo”.
Carlos Pinzón también expresó su indignación, calificando el evento como un acto de distracción: “Mientras la ciudad se derrumba… el alcalde de rumba. Pan y circo, bastante rentable”.
Delincuencia
En los últimos meses, Villavicencio ha enfrentado una crisis de inseguridad, con un aumento significativo en los robos y atracos, además de constantes quejas por el mal estado de las vías urbanas y rurales. A esto se suma la preocupación por el suministro de agua, un problema que afecta a múltiples barrios y que, según los habitantes, no ha sido atendido adecuadamente por la administración.
El debate queda abierto, y el Festival de Verano, en lugar de ser un motivo de celebración, podría convertirse en un termómetro que mida la creciente inconformidad social en Villavicencio.




