La comunidad de la vereda Apiay, ubicada en el corregimiento 7 de Villavicencio, anunció medidas desesperadas como el cierre de la vía a Puerto López en protesta por las constantes deficiencias en los servicios públicos. Los habitantes denuncian un servicio ineficiente de energía eléctrica por parte de la Electrificadora del Meta (EMSA) y la falta de suministro de agua potable a cargo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio.
Fallas del servicio
De acuerdo con los residentes, los problemas se han intensificado en las últimas semanas. La energía eléctrica se presenta de manera intermitente, afectando las actividades cotidianas y provocando daños en electrodomésticos, sin que hasta el momento haya respuesta o indemnización por parte de la EMSA. A esto se suma un incremento en las tarifas de los recibos, lo que ha generado aún más inconformidad.
En cuanto al servicio de agua, la comunidad señala que la falta de suministro es recurrente y afecta tanto a los residentes como a los visitantes que llegan a la vereda. La situación es crítica para quienes dependen del turismo o de actividades comerciales, ya que la carencia de agua perjudica la atención adecuada a los visitantes y el mantenimiento de las condiciones básicas de higiene.
Sin solución
Ante este panorama, los habitantes exigen la presencia inmediata del alcalde de Villavicencio, Alexander Baquero, y del gerente de la EMSA. La comunidad solicita soluciones concretas y oportunas para resolver las fallas en los servicios básicos. “No es justo que nos cobren cada vez más por un servicio tan deficiente. Además, necesitamos una explicación de por qué seguimos sin agua y sin energía estable”, manifiesta uno de los líderes comunales.
Presión ciudadana
El cierre de la vía a Puerto López, una arteria importante para la movilidad de la región, busca llamar la atención de las autoridades y generar presión para que se tomen medidas urgentes. Los residentes han expresado su disposición a mantener el bloqueo hasta que se comprometan a atender sus demandas de manera formal y definitiva.
Las autoridades locales aún no se han pronunciado oficialmente sobre las exigencias de la comunidad ni sobre el anunciado cierre de la carretera. Entretanto, el descontento entre los habitantes de Apiay sigue creciendo, al igual que la preocupación de transportadores y comerciantes por el impacto que esta protesta podría generar en la movilidad y las actividades económicas de la zona.
Esta movilización de la vereda Apiay pone de manifiesto los problemas estructurales que persisten en varias zonas rurales del Meta, donde el acceso a servicios públicos de calidad continúa siendo una deuda pendiente para las autoridades.




