Anguar Samir Abdalá Herrera, de 41 años, un supuesto vendedor de propiedades en Villavicencio, ha sido identificado por la Fiscalía como el presunto líder de una serie de estafas que suman cientos de millones de pesos. Durante años, Abdalá Herrera ofreció en venta propiedades a precios tentadores, seduciendo a personas que soñaban con tener una casa propia. Sin embargo, lo que prometía como una inversión segura se convirtió en una pesadilla para sus víctimas, quienes nunca obtuvieron los inmuebles que habían pagado. La historia de doña Zenaida es una muestra de la sofisticada red de engaños que Abdalá Herrera urdió en el Meta, dejando a numerosas personas sin sus ahorros y con el sueño de una casa propia frustrado.
Trampa
Zenaida, una residente de Villavicencio, subió a un taxi en el barrio Catumare, durante el trayecto, notó un letrero en el vehículo que anunciaba la venta de una casa. Intrigada, preguntó al taxista, quien le comentó que un amigo estaba ofreciendo una vivienda en Serramonte. Con la esperanza de dejar de pagar arriendo y obtener su propia casa, Zenaida pidió el contacto de este supuesto vendedor. Al día siguiente, Zenaida conoció a Anguar Samir Abdalá Herrera, quien la llevó a ver el inmueble. Con llaves en mano, Abdalá Herrera accedió a la casa, la cual estaba amoblada, pero vacía de residentes. El precio de la casa era sorprendentemente bajo para la zona: 67 millones de pesos, de los cuales Zenaida pagó 31 millones como adelanto. Luego de recibir el dinero en un banco del centro de Villavicencio, el estafador desapareció. Un día, decidió ir directamente a la casa, solo para descubrir que ya estaba ocupada por otra persona y no estaba en venta.
Captura
Según la Fiscalía, Abdalá Herrera ha operado desde 2015 hasta 2022. Los reportes muestran que el total de dinero estafado asciende a 232 millones de pesos, y las denuncias continúan acumulándose. Sin embargo, el caso de Zenaida no se contabilizó oficialmente, pues las autoridades rechazaron su denuncia, argumentando que se trataba de “un negocio que salió mal”. Esto deja en evidencia la dificultad de algunas víctimas para obtener justicia y el complejo entramado de estafas que han sufrido muchas personas en situaciones similares.
Finalmente, tras casi una década de actividad delictiva, fue detenido. No obstante, su captura no garantiza que responda plenamente por sus crímenes, pues en Colombia existe el riesgo de que los términos del proceso venzan, lo que podría llevar a su liberación.




