Durante los últimos días, la ciudad de Pasto y sus alrededores se han visto afectados por la presencia de fuertes vientos, un fenómeno que ha despertado preocupación entre los habitantes debido a sus posibles impactos en viviendas, cultivos y movilidad.
De acuerdo con especialistas en meteorología, estos vientos se relacionan con la transición de la temporada seca a la lluviosa, propia de los meses de septiembre y octubre en la región andina. Los cambios en la presión atmosférica, sumados a la ubicación geográfica de Nariño —cercana a la cordillera de los Andes y con influencia de corrientes de aire del Pacífico—, favorecen la aparición de ráfagas de viento más intensas en esta época.
Si bien en la mayoría de los casos estos vientos no representan una amenaza mayor, sí pueden ocasionar la caída de árboles, afectaciones en techos de viviendas precarias y dificultades en la movilidad urbana y rural.
Las autoridades locales recomiendan a la comunidad asegurar tejados, evitar transitar cerca de árboles frondosos en momentos de ráfagas fuertes y mantenerse atentos a los reportes del IDEAM, entidad que ha venido monitoreando de cerca el comportamiento del clima en el sur del país.
Este tipo de fenómenos, aunque naturales, son un recordatorio de la vulnerabilidad de Pasto ante los cambios climáticos y de la necesidad de fortalecer la prevención y la adaptación en la región.




