Pánico en EE.UU. Esta mañana del 19 de agosto se vivieron momentos de angustia y zozobra luego que un hombre amenazara con detonar explosivos en el Capitolio en Washington, sede del Congreso. Las autoridades evacuaron el lugar e iniciaron la búsqueda que sembró el temor.
En las últimas horas se conoció a través de medios internacionales que luego de horas de negociaciones se entregó Floyd Ray Roseberry, de 49 años, residente de Grover, un pueblo en Carolina del Norte.
Los agentes estadounidenese intentaron negociar con él mediante una pizarra, «simplemente escribiendo mensajes» y luego logró hacerle llegar un teléfono.
Al cabo de unas horas abandonó la camioneta y se entregó a las autoridades, dijo el jefe de Policía del Capitolio, Thomas Manger, en una conferencia de prensa.
«Salió del vehículo y se rindió, y las unidades tácticas que estaban cerca lo detuvieron sin incidentes», explicó Manger a periodistas.
A las 9 de la mañana llegó el hombre y en una camioneta negra se paro en la acera junto a la Biblioteca del Congreso.
En Facebook Live, el hombre que amenazó con detonar explosivos y trasmitió una serie de amenazas incoherentes y pidió hablar con el presidente Joe Biden.
«Estoy tratando de hablar con Joe Biden por teléfono. Estoy estacionado aquí en la acera justo al lado de todas estas cosas bonitas», dijo.
Agregó «No voy a lastimar a nadie, Joe. No voy a apretar el gatillo de esta cosa. No puedo».
También advirtió «Te lo digo, si los francotiradores (…) empiezan a disparar por esta ventana, esta bomba explota».
Lo que dieron a conocer las autoridades era que el hombre estaba muy afectado pues había tenido una serie de pérdidas y con otros problemas familiares con los que estaba lidiando, según lo había relatado sus familiares.
«Sabemos que el señor Roseberry ha tenido algunas pérdidas familiares. Creo que su madre falleció recientemente», puntualizó Manger.
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