El temor por nuevo rebrotes por COVID-19 está latente y todo por la amenaza de la variante India, Delta, que a duplicado el número de contagios en el mundo. El primer ministro checo, Andrej Babis, desestimó nuevos confinamientos en el país.
«Estamos preparados para una posible nueva ola del coronavirus en el otoño (boreal) y nadie baraja que vuelvan los confinamientos y es que no hay razones para ello», dijo la autoridad en una comparecencia ante la prensa.
Babis anunció que en los próximos días empezará la siguiente fase de la campaña de sensibilización para que la gente se inmunice.
«Queremos convencer a otro 5-10 por ciento de la población de que se vacune para que podamos alcanzar el 70% de inmunizados. Junto con todos los que se recuperaron de la enfermedad, esto ayudará en la lucha contra una posible nueva ola de la pandemia», subrayó.
En cuanto a otras medidas como obligar a vacunarse a algunos segmentos de la población, siguiendo el ejemplo de Francia, Babis enfatizó que no ve necesidad.
«No, República Checa no es Francia, en nuestro país no se puede obligar a la gente. Optamos por una amplia campaña propagandística sobre la vacunación», consignó.
Según datos del Ministerio de Sanidad checo, actualmente 1.965 personas tienen covid-19, de ellas 65 están hospitalizadas. Dos pacientes murieron en un día por la enfermedad, los que sube el balance de decesos a 30.400.
Además de los más de 10 millones de habitantes, 5,9 millones recibieron al menos una vacuna, mientras que 5,4 millones la pauta completa.
