A la grave situación que vive el Reino Unido por el aumento en los casos de infectados por COVID-19 que en las últimas horas registró una cifra de 5 mil infectados, se suma otro dolor de cabeza y según un reciente estudio advierte sobre la bacteria ‘comecarne’ de transmisión sexual.
Según lo informó RT, Shree Datta, experta de de la clínica MyHealthCare de Londres, indicó que la enfermedad bacteriana, llamada donovanosis, es cada vez más común en el Reino Unido, aunque «antes se pensaba que estaba restringida a lugares como la India, Brasil y Nueva Guinea».
«Además de los horribles síntomas, es importante que la gente sea consciente de que es un factor de riesgo conocido para la transmisión del VIH», agregó Datta.
Qué es la donovanosis
Esta patología es conocido como granuloma inguinal, es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria klebsiella granulomatis.
Se caracteriza por úlceras “comecarne” en el área de los genitales o cualquier parte de la piel afectada.
Es más común en el sexo masculino y en personas de entre 20 y 40 años. También es más prevalente en niveles socioeconómicos bajos y es propia de las regiones tropicales, de ahí que la mayoría de los casos reportados sean de hombres que viajan y tienen relaciones sexuales sin el uso del condón.
Signos y síntomas:
El cuadro clínico puede hacerse evidente hasta 12 semanas después de infectarse. Se disemina a través de las relaciones sexuales genitales, anales u orales.
Las lesiones ulcerativas aparecen en las áreas de contacto con la infección; suelen ser indoloras, aunque sangran fácilmente.
Pueden llegar hasta el punto de desintegrar la piel y provocar daño permanente en genitales.
La mejor forma de identificarlas es por las ampollas o lesiones que se forman en la zona genital y que rápidamente van creciendo, hasta formar llagas.
Las investigaciones determinan que la batería tiene un periodo de incubación de 8 a 80 días tras la infección.
Consecuencias:
1. Deformación del tejido en la zona afectada.
2. Estrechamiento de la uretra, vagina o ano.
3. Daños en el intestino e incluso a nivel óseos.
4. Incrementa la posibilidad de cáncer genital.
