Israel aumentó a 726 el número de pacientes graves por contagio de COVID-19, la cifra más alta desde marzo, con una tasa de positividad del 7,09 por cien, un máximo no visto desde febrero.
Todo esto a pesar de que la mayoría de los habitantes están vacunados y con las dos dosis y con el que se busca frenar los contagios por la peligrosa variante Delta.
Según Sputnik, el sábado se registraron 7.071 casos. Actualmente se contabilizan 80.579 casos activos de coronavirus en Israel (no muy lejos del pico de la tercera ola cuando Israel registró hasta 88.000 casos activos), de los cuales 1.175 personas se encuentran hospitalizadas, 726 en estado grave y 149 de ellas en respiración asistida.
Un total de 21 personas murieron entre el viernes y el sábado.
A pesar de un aumento continuo en los casos, las escuelas están programadas para reabrir el miércoles en todo el país. Según la emisora pública Kan, más de 3.000 estudiantes dieron positivo solo el sábado, mientras que unos 125.000 estudiantes y 6.500 miembros del personal educativo se encuentran actualmente en cuarentena.
No obstante, el director general del Ministerio de Salud, Nachman Ash, dijo al diario Israel Hayom que «no espera más cierres este año».
Los expertos esperan que el brote comience a disminuir pronto, especialmente como un efecto de la campaña de vacunación.
La semana pasada, Israel administró más de 100.000 inyecciones por día, en su mayoría refuerzos, pero también primera y segunda dosis.
Hasta ahora, unos 5,95 millones de israelíes han recibido al menos una dosis, mientras que 5,46 millones de personas ya han recibido ambas dosis, y 1,96 millones la dosis de refuerzo. Se espera que al final del día de hoy, dos millones de personas estén inmunizadas con la tercera dosis.




