El pasado 7 de julio la historia de Haití cambio. El presidente, Jovenel Moise, fue acribillado de 12 impactos de bala en su casa de Puerto Príncipe y en el ataque al parecer cometido por mercenarios colombianos también resultó heridas de gravedad la esposa quién se salvó de milagro.
Después de un mes aún no se conoce quien o quienes fueron las personas que lo mataron y mientras se esclarecen los hechos, siguen presos los 18 exmilitares colombianos quienes viajaron a la isla.
Lo cierto es que a medida que pasan los días y luego del fuerte terremoto que estremeció a la isla dejando más de 2 mil muertos, el ministro de Justicia de Haití, Rockefeller Vincent, pidió que se ponga un dispositivo especial de seguridad en las celdas para evitar que estos exmilitares terminen muertos y con ellos enterrados la verdad del magnicidio.
“Los colombianos y otras personas detenidas deben estar bajo un control constante para evitar que sus cómplices que están en libertad los silencien. Exijo mayor vigilancia a la PNH y al CG en el manejo de este expediente”, expresó Vincent.
El periódico haitiano Le Nouvelliste reveló que Garry Orélien fue designado para investigar el caso Jovenel Moïse, este hombre, según el diario, fue suplente de la fiscalía de Saint-Marc y luego de la Croix-des-Bouquets.
Fue ascendido a juez y luego juez de instrucción en el tribunal de primera instancia de Puerto Príncipe en diciembre de 2020.
También informó que la petición formal se entregó el 23 de agosto y se lo hizo a la solicitud del director de la Policía de Haití.




