Una banda delincuencial que se dedicaba al microtráfico en Bogotá fue desarticulada por la Dijín. Un policía se disfrazó de habitante de calle y documentó todos los movimientos de la peligrosa organización.
Desde hace varias semanas los uniformados le seguían la pista a los delincuentes, que controlaban seis barrios de la localidad de Engativá, occidente de Bogotá.
«Mediante llamadas telefónicas realizaban toda la negociación, la venta y entrega de los estupefacientes a sus clientes», indicó el general Fernando Murillo, director de la Dijín.
El policía se disfrazó de habitante de calle y logró varias impactantes imágenes en las que se aprecia a los jíbaros vendiendo drogas a sus clientes.
Dice la Dijín que los criminales utilizaban otros nombres para referirse a los alucinógenos y así crear una fachada de legalidad.
«Alias «Lucho», junto a su compañera sentimental y su hijastra, habrían creado una empresa criminal familiar dedicada a la comercialización del alcaloide (…) Lo vendían en un restaurante que era propiedad del cabecilla, esto con el afán de pasar desapercibido«, expresó Murillo.
Tras recopilar toda la información, los agentes desplegaron el operativo, que dejó como saldo 11 criminales detenidos. A ellos se les imputarán los delitos de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes.