Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha registrado algo extraordinario: algas unicelulares que no solo sobreviven, sino que se desplazan activamente dentro del hielo ártico a temperaturas de hasta -15 grados Celsius, un récord para células eucariotas.
Las muestras fueron tomadas en el mar de Chukotka, entre Alaska y Rusia, durante una expedición realizada en el verano de 2023. Al extraer núcleos de hielo y replicar las condiciones en laboratorio, los científicos hallaron que estas algas (diatomeas) se movilizan por canales finos de salmuera o agua dentro del hielo.
El mecanismo que usan para moverse es notable: secretan mucílago que les sirve de “adhesivo”, y utilizan proteínas internas tipo actina y miosina —las mismas que permiten movimiento en células musculares— para deslizarse como si “patinaran sobre hielo”. Esto indica una adaptación evolutiva extraordinaria para soportar condiciones consideradas imposibles para la vida compleja.
Este descubrimiento redefine nuestra percepción de los ecosistemas polares: más allá de ser regiones dormidas bajo hielo extremo, podrían albergar una red de vida activa que influye en la cadena alimenticia, en el ciclo de carbono y en la estructura biológica bajo la superficie helada.
Los científicos advierten que estos organismos podrían jugar un papel más importante en el clima global de lo que se suponía, y que es urgente estudiar estos hábitats ocultos para entender mejor cómo el cambio climático puede afectarlos.
