Media hora antes de que comenzara el partido, en Punxsutawney, Pensilvania, la Marmota Phil salió de su madriguera, vio su sombra sobre la nieve y predijo que el invierno duraría seis semanas más. Cuando terminó el duelo en Montjuïc, el Barça decretó que LaLiga también será larga. Lewandowski selló una victoria por 1-0 ante el Alavés, que resultó más complicada de lo previsto debido a la firme resistencia de los vitorianos. Con este triunfo, el Barça se mantiene en la lucha por el campeonato, quedando a tres puntos del Atlético y a cuatro del Real Madrid, que se enfrentan la próxima jornada. Por otro lado, el Alavés acaba en puestos de descenso por primera vez en lo que va de temporada.
Flick no quiso arriesgar y salió con su equipo de gala, consciente de que debía aprovechar el regalo del Real Madrid la noche anterior en Cornellà-El Prat. Además, debían hacer su parte, respondiendo al gesto del Espanyol venciendo al Alavés, que se encontraba en la parte baja de la tabla. Por eso, salió con el equipo titular, con Araújo sustituyendo a Íñigo, quien regresaba a la convocatoria tras su lesión, pero no estaba aún listo para jugar de inicio.
El técnico alemán había señalado que su equipo debía demostrar desde el inicio su calidad, por lo que se esperaba una salida fulgurante del Barcelona. Sin embargo, nada de eso ocurrió. A excepción de una jugada impresionante de Lamine Yamal, en la que el joven delantero se regateó a siete rivales, el Barcelona no supo cómo afrontar el partido ante un Alavés bien ordenado en el campo.
El encuentro se interrumpió en el minuto nueve debido a un violento choque de cabezas entre Conechny y Gavi, que dejó a ambos jugadores fuera del partido por conmoción. El jugador del Alavés fue retirado en camilla con collarín, mientras que Gavi, tras varias valoraciones médicas, tuvo que ser hospitalizado, aunque quería regresar al campo a toda costa.
Fermín entró por Gavi, pero el Barcelona seguía sin encontrar su ritmo. El Alavés logró llevar el juego a su terreno, y los blaugranas, imprecisos, solo podían intentar jugadas individuales con Pedri y Balde, ante la falta de juego en equipo.
No fue hasta la media hora de juego cuando el Barcelona disparó por primera vez a portería, pero Lewandowski, completamente aislado en la primera parte, resbaló antes de disparar y el balón se fue fuera. El primer tiro entre los tres palos llegó en el minuto 42, con una jugada individual de Pedri que fue fácilmente detenido por Owono.
En el área del Barça, Szczesny apenas tuvo trabajo, pero la amenaza del Alavés seguía latente, pues los vitorianos cayeron cinco veces en fuera de juego. Quedaba claro que cualquier error de los centrales culés podría complicar mucho el partido.
El Barça carecía de fluidez y, para intentar solucionarlo, De Jong y Eric entraron al campo en lugar de Casadó y Araújo. Con estos cambios, el equipo local empezó a embotellar al Alavés y el partido cambió de ritmo.
Bajo la dirección de Pedri, Lewandowski desperdició una oportunidad clara con un cabezazo que se fue por centímetros, pero después, Owono brilló al evitar otro remate de Lamine. Finalmente, en el tercer intento, Lewandowski aprovechó una volea de Lamine que salió algo defectuosa, pero el polaco remachó el balón y aumentó su ventaja como máximo goleador.
El Alavés, aunque bien plantado, no dejó de amenazar y, a pesar de los esfuerzos del Barcelona, no lograron cerrar el partido con un segundo gol, lo que generó más nervios de lo necesario. Sin embargo, al final, el marcador se mantuvo 1-0, tres puntos más para el Barça y LaLiga sigue más abierta que nunca. Lewandowski, como la Marmota Phil, decretó que este campeonato aún tiene mucha tela que cortar.



