El Partido Liberal, liderado por el primer ministro Mark Carney, ganó las elecciones federales en Canadá con el 43,7% de los votos, superando por poco al Partido Conservador de Pierre Poilievre, que obtuvo un 41,3%. Pese a la victoria, los liberales no lograron la mayoría absoluta en el Parlamento, lo que los obliga a gobernar en minoría.
La jornada electoral estuvo marcada por un clima tenso, debido a las amenazas de anexión y la guerra comercial impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump. Estas tensiones exteriores influyeron en el discurso político y en la alta participación ciudadana.
Carney deberá ahora negociar con fuerzas como el Bloque Quebequés y el NDP para asegurar gobernabilidad. La fragmentación del voto y el nuevo equilibrio en el Parlamento auguran un mandato complejo y marcado por la necesidad de consensos.
