Víctima de intento de feminicidio clama justicia

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Amelia Macías Patiño, víctima de un intento de feminicidio en la vereda La Vega, municipio de Cuítiva, Boyacá, lucha por obtener justicia después de ser brutalmente atacada por su expareja, Robinson Andrés López Antonio. A pesar de haber denunciado el hecho, el agresor sigue en libertad, lo que genera creciente preocupación y temor en la víctima y su familia.

El ataque ocurrió tras una misa en honor a la exesposa de López. Según relató un sobrino de Amelia, Robinson obligó a Amelia a subir a su vehículo, donde la agredió físicamente. Posteriormente, la llevó a un potrero y, en un intento de matarla, le dijo que no merecía vivir. Sin embargo, Amelia logró escapar y refugiarse en su hogar, aunque las heridas que sufrió requirieron atención médica urgente en el Hospital Regional de Sogamoso.

Un mes después de este intento de feminicidio, Amelia sigue enfrentando obstáculos en su lucha por obtener justicia. En una entrevista reciente, expresó su frustración por la falta de avances en el proceso legal. «Hasta el momento no me han llamado ni me han informado si a mí agresor le darán orden de captura», señaló. Aunque la Fiscalía cuenta con su testimonio, un croquis detallado de los hechos y el informe del investigador del caso, el proceso sigue estancado, lo que ha generado una profunda sensación de desprotección.

Además, Amelia se enfrenta a la dificultad de no contar con los recursos económicos para contratar un abogado. El agresor ya ha contratado uno, lo que ha ralentizado aún más el proceso. «Me están pidiendo que yo también tenga un abogado para avanzar, pero no tengo los recursos. Soy madre cabeza de familia y todo lo que tengo es para mis hijos», declaró, visiblemente afectada por la carga económica que implica defender su caso.

Otra de sus preocupaciones es la falta de apoyo psicológico. Amelia mencionó que recibió una oferta de ayuda psicológica 15 días después del ataque, pero tuvo que abandonar el municipio debido al miedo que le generaba la cercanía de su agresor. «No quiero encontrarme con mi agresor, ni verlo, porque eso afecta mi vida emocional y mi integridad física», expresó, reflejando el profundo trauma que aún arrastra tras el ataque.


Compartir en

Te Puede Interesar