VIAJEROS EN RIESGO FATAL  

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Redacción Extra

El deterioro avanzado de las principales carreteras que conectan Sogamoso con los Llanos de Casanare, Arauca y Vichada, ha convertido el viaje entre estas dos regiones en una verdadera odisea. Las vías del Cusiana y del Morro-Labranzagrande, históricamente consideradas como ejes de unión entre Boyacá y los llanos orientales, presentan hoy un estado de abandono tal que los viajeros deben enfrentarse a múltiples obstáculos y riesgos para poder transitar.

Denuncia

Las recientes lluvias en el piedemonte llanero han empeorado aún más las condiciones de estas arterias viales, cuya infraestructura ya era precaria antes de la temporada de precipitaciones. Según testimonios de los viajeros frecuentes, las dificultades son evidentes desde el momento en que se inicia el trayecto. Carlos Buitrago, un habitual viajero de la ruta, relató que al salir de Yopal hacia El Morro y Labranzagrande, el primer obstáculo significativo se encuentra en El Viejo, un punto donde los deslizamientos de rocas son constantes, lo que genera riesgos adicionales para los vehículos que intentan cruzar la zona. Más adelante, el panorama no mejora: la quebrada La Almorzadereña, en jurisdicción de Casanare, se convierte en otro desafío, ya que la carretera está marcada por agrietamientos de la banca, zanjas profundas y huecos que dificultan seriamente el avance.

El viaje, que debería ser una simple travesía entre dos regiones que comparten vínculos históricos de hermandad, se ha transformado en una verdadera «hazaña», según los relatos de quienes se atreven a emprenderlo. A pesar de las promesas de los gobernadores de Boyacá y Casanare, quienes al asumir sus cargos hicieron un llamado a la esperanza para que la carretera fuera pavimentada antes de finalizar 2024, la situación sigue siendo la misma. La infraestructura vial continúa en condiciones lamentables, lo que ha generado frustración en las comunidades de ambos departamentos, que continúan soñando con una solución que parece cada vez más lejana.

Piratas

Ante la falta de alternativas viables, muchos viajeros optan por los peligrosos «Uber piratas», que se atreven a atravesar sectores intransitables como Los Grillos, Huerta Vieja y La Orquídea, en jurisdicción de Pajarito, Boyacá. Estos conductores se enfrentan a una carretera rodeada de gigantescas estructuras de cemento y varillas que, en algunos tramos, parecen más propias de una película de terror, como si fueran parte de un escenario de la obra «Los fantasmas de los puentes caídos» de Alfred Hitchcock.

El transporte pirata, además de poner en riesgo la vida de los viajeros, ha generado un impacto negativo sobre las empresas de transporte legalmente constituidas. Estas últimas se ven obligadas a utilizar rutas alternativas, como la vía Sogamoso-Vado Hondo-Labranzagrande-El Morro-Yopal, que solo permite el paso de busetas debido a las malas condiciones de la carretera.

Por si fuera poco, no se ha cumplido la resolución emitida por el Instituto Nacional de Vías (Invías) el pasado 26 de junio, que ordenaba el cierre total de la transversal del Cusiana entre Curisí y Pajarito. Tampoco avanza la prometida solución para habilitar una carretera alterna por Pajarito que permita sortear el puente Chorro Blanco, cuya estabilidad es cada vez más incierta.

El panorama es desolador para los habitantes y viajeros de estas regiones, que continúan aguardando una respuesta efectiva de las autoridades para resolver una problemática que lleva más de medio siglo sin solución definitiva.


Compartir en

Te Puede Interesar