La carrera fue tan vertiginosa como una noche en Las Vegas, y quienes apostaron por el rojo terminaron perdiendo. No fue el día de Ferrari ni la coronación soñada por Verstappen, que terminó fuera del podio. Sin embargo, Mercedes dominó el circuito, tan peculiar y desafiante como ninguno, y se llevó la victoria en un auténtico tira y afloja entre siete pilotos, con momentos de gran igualdad, pero que a partir de la vuelta 30 se inclinó claramente hacia las flechas de plata. Russell se llevó la victoria, completando un fin de semana perfecto con su tercer triunfo en la F1. Hamilton fue segundo, con una remontada impresionante que lo llevó a adelantar a todo lo que se movía en la pista. Sainz logró el tercer puesto, siempre luchando con dificultades. Mientras tanto, la fiesta del sábado por la noche coronó a Max Verstappen como tetracampeón, quien, aunque fuera del podio en Las Vegas, se consolidó como el gran protagonista de la temporada, tanto en los buenos como en los malos momentos, terminando quinto con un margen de 26 segundos sobre Norris (6º).
Russell mantuvo la primera posición en una salida que perjudicó a Sainz, quien optó por el exterior, donde había poco agarre, y perdió la posición ante un agresivo Leclerc. El monegasco, con un par de intentos sobre el Mercedes, terminó pagando caro su agresividad. Rápidamente se quedó sin neumáticos, y hasta Carlos lo superó. Los dos Ferrari se vieron obligados a replantear su estrategia en un circuito que, en teoría, debía ser más favorable para el SF-24. Aunque tenían buen ritmo, el graining acechaba en cada curva. Con estas condiciones, tanto Russell como Hamilton, que avanzaba desde atrás, volaban. Verstappen pasó a Carlos antes de la parada en boxes y se convirtió en la única amenaza para los dos pilotos de Mercedes, aunque muy distante.
El asfalto frío de Las Vegas (a 16ºC) generó el temido ‘graining’, y el viento, junto con la suciedad del desierto de Nevada, hizo que la jornada fuera extremadamente difícil para todos. La carrera, con dos paradas programadas, estuvo marcada por la incertidumbre en Ferrari. Sainz pidió adelantar la parada al final del segundo ‘stint’, pero el equipo desoyó su solicitud. Cuando parecía que iba a entrar a boxes justo por delante de Hamilton, el muro le indicó que debía regresar a la pista, ya que no estaban «preparados», según le comunicó su ingeniero. “¡Vamos chicos, despierten!”, exclamó el madrileño. Los dos coches rojos siempre iban a la contra, intercambiaron posiciones en varias ocasiones y terminaron persiguiendo a Verstappen, con un ritmo que llegó algo tarde. Sainz adelantó al campeón en la recta final, y Leclerc también lo logró, aunque un poco más tarde. El trío luchaba por el último puesto del podio, que finalmente fue para Carlos, quien extrajo lo poco que le quedaba a unos neumáticos muy desgastados. Que lo disfrute, ya que nadie sabe cuánto durará su paso por Ferrari.
Russell y Hamilton navegaron la segunda parte de la carrera sin complicaciones y entregaron a Mercedes su primer doblete desde Brasil 2022. El resultado de Ferrari fue discreto, pero lograron recortar puntos a McLaren en su estrecha lucha por el campeonato de constructores. Desde la quinta posición, Verstappen se dedicó a asegurar su cuarta corona consecutiva, por delante de Norris y Piastri. Hulkenberg, Tsunoda y Pérez cerraron las posiciones de puntos, donde estuvo Alonso (11º) durante gran parte de la carrera. Finalmente, fue Pérez quien lo adelantó, gracias a una estrategia diferente, aunque el asturiano estuvo cerca de sacar provecho con un coche inferior al de los rivales. Las luces del brillante circuito de Las Vegas, que atrajo a 305.000 espectadores durante el fin de semana, estuvieron centradas en el flamante tetracampeón.




