El informe de Medicina Legal determinó que la estudiante murió el mismo día de su secuestro, tras un combate entre tropas legítimas y disidencias armadas
La confirmación de la muerte de Angie Pahola Tobar Calpa llegó tras dos meses de incertidumbre, cuando los resultados forenses permitieron a su familia saber que la joven estudiante de la Universidad Nacional de Medellín murió el mismo día en que fue secuestrada en el departamento del Cauca.
La noticia, conocida en exclusiva por El Tiempo a través de fuentes cercanas a la familia, puso fin a una búsqueda marcada por la ausencia de información pública y versiones contradictorias sobre lo ocurrido.
El 27 de agosto, Angie Tobar, de 26 años y oriunda de Guachucal, Nariño, emprendió su regreso a Medellín tras pasar unos días de vacaciones en su tierra natal. Viajaba en un camión de carga junto a un amigo de la familia y el ayudante del conductor, con destino a la Central Mayorista de Itagüí, en Antioquia.
El trayecto se vio abruptamente interrumpido en la vereda El Túnel, entre Popayán y Piendamó, cuando un retén ilegal detuvo el vehículo. El conductor, que logró escapar, relató que varios hombres armados, identificados como miembros de las disidencias de las Farc, Bloque Dagoberto Ramos, obligaron a descender a Angie y a uno de sus acompañantes. Desde ese momento, no se supo nada más sobre el paradero de la estudiante.
A pesar de los operativos desplegados en la región para localizarla, los esfuerzos resultaron infructuosos. Mientras tanto, la familia de Angie recibió información extraoficial sobre una posible explicación de lo sucedido. Según conoció el medio citado, los padres de la joven viajaron al Cauca en los días posteriores al secuestro para participar en la búsqueda y recabar datos de primera mano.
La clave para entender el desenlace estuvo en un enfrentamiento armado que se produjo después del secuestro. De acuerdo con el relato de allegados a la familia, recogido por El Tiempo, Angie y su acompañante, Adrián Marcillo, fueron trasladados en un vehículo de las disidencias. Horas más tarde, ese mismo vehículo se vio envuelto en un combate entre el Ejército Nacional y los insurgentes, en el que ambos jóvenes murieron.
La versión de las disidencias
La versión de los hechos fue confirmada en un comunicado emitido por las disidencias de las Farc el 30 de agosto, apenas tres días después de la desaparición. En el documento, los insurgentes responsabilizaron al Ejército de cuatro “hechos de terror” y detallaron:




