La venta de viviendas usadas en Estados Unidos alcanzó en 2024 su nivel más bajo en tres décadas, un indicativo claro de las dificultades que atraviesa el mercado inmobiliario. Según los últimos datos de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR, por sus siglas en inglés), las transacciones de casas de segunda mano cayeron significativamente debido a las altas tasas de interés y la incertidumbre económica. Este descenso ha afectado tanto a compradores como a vendedores, que se muestran más cautelosos frente a los elevados costos de financiamiento y la falta de inventario disponible.
Los expertos señalan que esta desaceleración en el mercado de viviendas usadas refleja un cambio en las dinámicas del sector, que había experimentado una fuerte demanda durante la pandemia. Con las tasas de interés más altas, muchos posibles compradores han quedado al margen, mientras que los propietarios de viviendas prefieren no vender debido a la falta de opciones para adquirir una nueva propiedad a precios accesibles. El panorama actual genera preocupación sobre una posible desaceleración económica, mientras se espera que las condiciones del mercado sigan siendo desafiantes en el corto plazo.




