El masivo apagón que afectó este lunes a millones en España y Portugal ha puesto en el centro del debate la condición de la península ibérica como una “isla energética”. Esta situación se debe a la escasa interconexión de sus redes eléctricas con el resto de Europa, lo que limita la capacidad de recibir o enviar energía en momentos críticos.
Entre las ventajas de esta autonomía energética están una mayor capacidad de gestión local y menor exposición a crisis energéticas externas. Sin embargo, también implica riesgos, como la vulnerabilidad ante fallos internos y la dificultad de recibir apoyo externo ante emergencias, como quedó demostrado en el reciente colapso del sistema.
Las causas del apagón aún se investigan, pero el incidente ha reavivado el debate sobre la necesidad de fortalecer las conexiones eléctricas con Europa para mejorar la resiliencia del sistema. ¿Es hora de que la “isla” se conecte al continente?




