Comerciantes ubicados en el antiguo terminal de Tunja denuncian el incumplimiento de promesas por parte de la Alcaldía Mayor de Tunja.
La denuncia
Yohana Molina, ciudadana y comerciante de la capital boyacense, indicó que prácticamente la Administración los dejó desamparados, luego de que trasladaran el puerto terrestre del centro de la ciudad.
La señora Molina indicó que en su momento, antes de la reubicación del terminal, la Alcaldía reunió a varios comerciantes de la zona, diciéndoles que debido a estos cambios a ellos los iban a reubicar y a colaborar con trabajos y permisos de trabajos ambulantes, donde no se vieran perjudicados y no sintieran el impacto por los nuevos proyectos.
Sin respuesta
Según dijo Yohana Molina, hasta el momento y después de aproximadamente año y medio, la Alcaldía no les ha colaborado y no han vuelto a hablar con ellos.
Afectadas
Aproximadamente 240 madres cabeza de familia, quienes son vendedoras ambulantes indicaron que se vieron gravemente afectadas por esta situación.
¿Cierran puertas?
Agregó la señora Molina que ella se ha dirigido hasta las instalaciones de la Alcaldía, intentando hablar con el alcalde Alejandro Funeme o algún funcionario que le dé una respuesta y solución al tema.
Ante esto, la vendedora dijo que todas las veces que va a la Administración la respuesta es negativa y siempre le indican que debe esperar a que se de apertura nuevos cupos de trabajo.
Soluciones
Asimismo, indicó la tunjana que frente a la falta de trabajo y oportunidades han tenido que rebuscársela de distintas maneras.
Algunos de ellos al parecer están vendiendo bolsas plásticas por las calles de la ciudad, otros afectados estarían ubicados en las glorietas ofreciendo habas y maní, mientras que algunos también venden lotería o hacen aseo en casas de familia.
En los más trágicos de los escenarios, algunas vendedoras prefirieron dejar el gremio y dedicarse a ofrecer servicios sexuales para conseguir para comer.
Difícil propuesta
Luz Esperanza Zamudio, otra afectada, agregó que en su momento del traslado del terminal les propusieron que les podían dejar una caseta en el nuevo puerto terrestre, pero debían dejar un depósito en el banco y alguna propiedad como garantía, a lo que la mayoría de vendedoras no podían acceder a esta iniciativa.
Además, dijo Zamudio que el arriendo del local en el nuevo terminal oscilaba entre uno y dos millones, a lo que ellos vieron que no era factible por lo costoso.
