La comunidad de Río Lindo le hizo un llamado a Javier Montilla Ortiz tras la tragedia.
La vereda Río Lindo, en el municipio de Villarrica, Tolima, enfrenta una dura emergencia luego de que un fuerte vendaval azotara la zona el pasado 23 de septiembre, dejando a ocho familias completamente damnificadas. La presidenta de la comunidad, Rosa Elena Barreto Silva, aseguró que los hogares afectados quedaron sin techo y que sus pertenencias resultaron arruinadas por las intensas lluvias. Entre los objetos más perjudicados se encuentran colchonetas, cobijas y utensilios domésticos, los cuales se empaparon y quedaron inservibles.
“Fue una tarde de tristeza y una noche de dolor. Varias familias tuvieron que buscar refugio en casas vecinas porque quedaron totalmente desprotegidas”, relató Barreto. Las escenas vividas esa noche reflejan la vulnerabilidad de los habitantes ante fenómenos naturales que, en cuestión de minutos, destruyen lo que por años han logrado construir con esfuerzo.
La líder comunitaria hizo un llamado al alcalde de Villarrica, Javier Montilla Ortiz, y a las entidades de socorro para que brinden asistencia inmediata a las familias golpeadas por el desastre. La falta de techo ha dejado a niños, adultos mayores y mujeres expuestos al sol, la lluvia y el frío. La situación es crítica y requiere la intervención de las autoridades locales y departamentales.
Barreto recalcó que la comunidad se encuentra en estado de emergencia social y humanitaria, por lo que se espera que las instituciones municipales respondan con prontitud, suministrando materiales para la reconstrucción y ayudas humanitarias básicas.
Más allá de las instituciones, la presidenta de Río Lindo apeló al corazón solidario de los ciudadanos. “Estamos tocando puertas y corazones para que un granito de arena llegue a quienes más lo necesitan. Dios bendiga a quienes puedan colaborar”, expresó.
La comunidad espera recibir apoyo en alimentos, cobijas, ropa y sobre todo materiales para restablecer las viviendas. Mientras tanto, los damnificados permanecen albergados en casas de familiares y vecinos, en condiciones precarias que ponen en riesgo su salud y bienestar.
Este vendaval se suma a la lista de emergencias climáticas que en los últimos años han golpeado al suroriente tolimense, dejando en evidencia la necesidad de planes de prevención más sólidos.




