Vecinos del barrio Alcázares en la localidad de Barrios Unidos han expresado su preocupación por una situación que, según denuncian, afecta la seguridad y el entorno de los niños que asisten a un colegio en la zona. Residentes informan sobre la presunta presencia de una mujer trans que, a cambio de dinero o drogas, estaría prestando servicios sexuales a plena luz del día. Esta problemática, que ocurre sin importar la hora, ha generado temor y frustración entre la comunidad, que teme por la seguridad de los menores.
En efecto, los residentes aseguran que han denunciado esta situación a las autoridades locales, pero sienten que sus quejas no han tenido una respuesta efectiva. A pesar de haber notificado a la Policía y a otras entidades competentes, los vecinos perciben que el proceso no avanza y la situación continúa. Por consiguiente, la falta de una acción oportuna por parte de las autoridades incrementa la sensación de inseguridad y desamparo en un sector que se encuentra en un entorno escolar.

Vecinos de Barrios Unidos denuncian problemas por prostitución cerca de un Colegio de la zona
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Además, el problema en Alcázares refleja un desafío más amplio que enfrenta la ciudad en la gestión del espacio público y la convivencia ciudadana. El Distrito ha implementado diversas campañas como «Pilas Ahí» para sensibilizar a la ciudadanía sobre las violencias sexuales en entornos escolares y para proporcionar canales de denuncia como la Línea 123. A pesar de estas iniciativas, a menudo las comunidades como la de Barrios Unidos enfrentan la dificultad de obtener una respuesta rápida y contundente cuando la problemática se mezcla con otros factores como el consumo de sustancias.
Asimismo, la denuncia de los vecinos del barrio Alcázares destaca la urgencia de fortalecer los mecanismos de denuncia y atención. La Alcaldía de Bogotá, a través de sus distintas dependencias, tiene la responsabilidad de trabajar de la mano con las comunidades para atender sus inquietudes y garantizar la protección de los menores. Los problemas de microtráfico y la prostitución en las zonas escolares representan un riesgo latente que exige una intervención integral y coordinada de las autoridades.

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En conclusión, la situación en el barrio Alcázares exige una atención prioritaria. Es fundamental que las autoridades locales y nacionales refuercen su presencia y mejoren los canales de comunicación con la comunidad, además de hacer seguimiento a las denuncias ciudadanas. La seguridad y el bienestar de los niños deben ser una prioridad absoluta, y los esfuerzos deben enfocarse en abordar las causas de esta problemática social con un enfoque tanto de seguridad como de atención social.




