La tarde del miércoles 17 de abril se vivieron momentos de tensión en el barrio Álamos Norte, en la localidad de Engativá, Bogotá. Un hombre fue capturado por miembros de la comunidad tras ser señalado de haber robado un teléfono celular a un transeúnte. La reacción ciudadana no se limitó a la detención: varios vecinos y personas que se encontraban en el sector decidieron darle una lección pública al presunto delincuente, despojándolo de sus prendas y propinándole golpes antes de la llegada de las autoridades.
El hecho ocurrió en una zona de alta circulación peatonal y comercial, lo que facilitó que el presunto ladrón fuera rápidamente alcanzado por los ciudadanos, quienes frustraron su intento de huida. Testigos aseguran que, tras ser reducido, el sujeto fue despojado de su ropa como una forma simbólica de mostrarle lo que significa «quedarse sin nada», además de recibir varios golpes.
Justicia por mano propia: reflejo de una creciente inconformidad
Este episodio refleja el creciente malestar entre los habitantes de distintos sectores de Bogotá frente a los constantes robos y hechos de inseguridad. Muchos ciudadanos sienten que sus denuncias no reciben respuesta efectiva y que los delincuentes reinciden con facilidad, lo que los ha llevado a tomar acciones por cuenta propia.
Aunque la Policía llegó al lugar minutos después para hacerse cargo de la situación, este tipo de reacciones colectivas siguen generando debate: por un lado, visibilizan el hartazgo de la comunidad ante la delincuencia, pero también plantean preocupaciones sobre el uso de la fuerza y la legalidad de estas medidas.
El sujeto fue entregado a las autoridades, quienes ahora deberán verificar su identidad, antecedentes y si existen denuncias previas relacionadas con otros robos en el sector. Entre tanto, los habitantes del barrio Álamos Norte insisten en que se requieren más patrullajes y presencia policial constante para evitar que estos episodios se repitan.




