El FBI y la policía estatal de Minnesota detuvieron a Vance Luther Boelter, de 57 años, el domingo por la noche en Green Isle, al oeste de Mineápolis. La operación se concretó sin uso de la fuerza, tras más de 40 horas de intensa búsqueda. Vance Boelter: El exmilitar evangélico acusado de asesinar a la congresista Melissa Hortman.
Boelter está acusado del asesinato de la congresista demócrata Melissa Hortman y su esposo, Mark, así como de haber herido gravemente al senador John Hoffman y su esposa Yvette. La recompensa de 50.000 dólares ofrecida por el FBI aceleró la captura.
Las imágenes captadas por cámaras de seguridad lo muestran disfrazado como policía, usando una máscara de látex, tocando el timbre de las viviendas donde se produjeron los ataques.
El pasado oscuro de Vance Boelter: seguridad privada, religión y conflicto
Durante años, Boelter trabajó en seguridad privada, fundando la empresa Praetorian Guard Security Services. Esta firma le daba acceso a uniformes similares a los de las fuerzas policiales y vehículos tipo patrulla.
Además, dirigía una organización cristiana evangélica llamada Revoformation Ministries. Viajó a zonas de conflicto como Gaza, el sur del Líbano y África Central, donde predicó en contra de la comunidad LGBTQ y el aborto, según grabaciones revisadas por CNN.
Boelter fue miembro de la Junta de Desarrollo Laboral del Gobernador de Minnesota, nombrado por dos gobernadores demócratas. Sin embargo, informes locales revelan que se registró como votante republicano en los 2000 y apoyaba las políticas de Donald Trump.
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Mensajes antes del crimen y señales de deterioro mental; Vance Boelter: El exmilitar evangélico acusado de asesinar a la congresista Melissa Hortman
Antes del tiroteo, Boelter envió mensajes a su círculo cercano con un tono de despedida. A su amigo David Carlson le escribió:
“Podría estar muerto en breve. Los quiero mucho. Lamento los problemas que esto ha causado”.
Carlson también reveló que Boelter enfrentaba serias dificultades económicas y problemas de salud mental. Dormía frecuentemente en casas de amigos y trabajaba en funerarias para sobrevivir.
Aunque aún no se confirma una conexión directa con las víctimas, Boelter coincidió en reuniones públicas con el senador Hoffman, lo que sugiere posibles motivos personales o políticos.
