Valeri Osorio reapareció… y vuelve a esfumarse: familiares exigen acción urgente

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Pasto, Nariño. El caso de Valeri Geraldine Osorio, una adolescente de 15 años, conmueve a la comunidad nariñense y deja en evidencia importantes fallas en la protección de menores en situación vulnerable. Valeri fue encontrada por agentes de la Fiscalía en la ciudad de Pasto, pero apenas una semana después, volvió a desaparecer, dejando a su familia sumida en desesperación e incertidumbre.

Contexto del caso

Valeri fue vista por última vez en el barrio Los Guaduales de Pasto, hace poco más de una semana. Según testimonios de sus familiares, después de su hallazgo por parte de agentes de la Fiscalía, la joven retornó brevemente a casa. Sin embargo, días después volvió a dejar de tener contacto con sus seres queridos. Desde entonces, su familia ha denunciado la situación ante las autoridades y ha iniciado una intensa búsqueda comunitaria.

Preocupación y angustia familiar

La desaparición reiterada de Valeri ha generado una profunda sensación de inseguridad entre sus allegados. Los familiares temen que la menor se encuentre en situación de alto riesgo: desde posibles redes de explotación, hasta peligro inminente. El barrio Los Guaduales, según reportan fuentes locales, ha sido escenario de casos similares donde menores desaparecen tras breves reencuentros, lo que agrava la tensión en la comunidad.

Reacción institucional y comunitaria

Las autoridades locales ya cuentan con la denuncia formal por la segunda desaparición. Se espera que la Fiscalía, en coordinación con la Policía y entidades de protección del derecho de la infancia, active protocolos de búsqueda inmediata. No obstante, los tiempos y la celeridad son materias críticas en este tipo de situaciones, donde cada hora cuenta.

Por su parte, la comunidad del barrio Los Guaduales ha reaccionado activamente: vecinos han compartido transmisiones en redes sociales solicitando información, se difunden volantes y se organizan recorridos nocturnos. El llamado es contundente: quien tenga información, por mínima que sea, puede ser clave para dar con el paradero de Valeri.

Debates sobre protocolos y seguimiento

Este hecho plantea preguntas urgentes sobre las medidas de protección para menores tras ser localizados por las autoridades. ¿Qué mecanismos existen para asegurar que, luego de ser encontrados, los adolescentes no reaparezcan desaparecidos? ¿Cómo se coordina el seguimiento con familias y entidades sociales? Este caso pone de relieve la necesidad de fortalecer protocolos de reinserción, vigilancia comunitaria y acompañamiento psicosocial.

Conclusión

Valeri sigue desaparecida por segunda vez, y la angustia de su familia no hace más que aumentar. Lo que comenzó como un rayo de esperanza al verla nuevamente, se transformó en una pesadilla recurrente. Urge una respuesta rápida, efectiva y coordinada: de las autoridades, de entidades sociales y de la comunidad. Cada minuto sin Valeri eleva el riesgo. Su rostro y nombre siguen estando presentes, y no deben convertirse en un caso sin resolver.


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