La política garzoneña empieza a calentarse antes de lo previsto. Edgar Bonilla Ramírez, exalcalde de Garzón, ha confirmado su intención de volver a aspirar al primer cargo municipal en las elecciones locales de 2026. Aunque su nombre nunca dejó de estar en el radar político, su anuncio genera revuelo entre quienes lo apoyan incondicionalmente y aquellos que cuestionan su regreso.
Bonilla, quien gobernó durante el periodo 2012-2015, fue reconocido por su estilo pragmático y por proyectos de infraestructura que dejaron huella, aunque también estuvo rodeado de críticas y señalamientos que nunca llegaron a procesos judiciales de peso. Hoy, tras años de relativa reserva pública, reaparece decidido a reconquistar la confianza del electorado. “Garzón necesita liderazgo con experiencia, que entienda las necesidades del territorio sin improvisaciones. Por eso he decidido volver”, expresó Bonilla en una reunión política privada que se filtró esta semana y fue confirmada por allegados al exmandatario.
La apuesta no es menor: en un escenario cada vez más competitivo, donde emergen nuevos liderazgos y sectores juveniles, Bonilla se planta como una figura con recorrido, estructura política y conocimiento administrativo. Su nombre ya genera eco en las bases liberales tradicionales y en sectores empresariales que vieron con buenos ojos algunas de sus gestiones pasadas.
Posturas
La noticia no ha tardado en generar posturas encontradas. Para muchos ciudadanos, su regreso representa una oportunidad de retomar proyectos inconclusos y reforzar la institucionalidad local. Para otros, se trata de un símbolo del continuismo político que Garzón debería superar.
“Tenemos memoria y sabemos lo bueno, pero también lo que faltó. Hay que evaluar con lupa”, comentó un líder comunitario del barrio Altico. Mientras tanto, en redes sociales se multiplican los debates sobre si su candidatura aporta o estanca el proceso de renovación política.
Desafío
Bonilla no ignora el peso de la opinión pública ni las nuevas exigencias ciudadanas. Cercanos a su equipo aseguran que se está preparando para una campaña basada en la escucha activa, propuestas modernas y una narrativa de reconciliación con todos los sectores.
Su reto será conectar con una generación más crítica y exigente, así como demostrar que su experiencia no significa retroceso, sino una oportunidad para avanzar con conocimiento y estrategia.
Con su anuncio, Edgar Bonilla pone en movimiento el tablero político de Garzón. Su nombre despierta pasiones, resistencias y expectativas. Lo cierto es que su regreso ya no es una especulación, sino una realidad que marcará el pulso electoral en el corazón del Huila.




