¿Carlos Amaya renunciará a la Gobernación de Boyacá para lanzarse a la presidencia?
Aunque todo indicaba que el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, cumpliría su mandato hasta 2027, su reciente visita a la Casa de Nariño, donde se reunió con el presidente Gustavo Petro, ha reactivado la posibilidad de una renuncia anticipada para lanzarse a la carrera presidencial. Un gesto simbólico que, aunque sin anuncios concretos, reavivó las especulaciones sobre su futuro político.
Hasta ahora, Amaya se había mostrado comprometido con su rol como mandatario regional, con un enfoque pragmático y social, aunque cada vez más influenciado por el entorno del poder nacional. De hecho, había descartado su candidatura presidencial debido a la presencia de figuras fuertes como Roy Barreras y la falta de respaldo explícito de Petro.
Sin embargo, el recibimiento del presidente podría interpretarse como el «guiño político» que Amaya esperaba. Aunque el encuentro fue más simbólico que programático, podría servirle de justificación política para dar el salto nacional, justo cuando se acerca el vencimiento del plazo legal para renunciar si aspira a las elecciones de 2026.
El dilema no es menor: renunciar a solo seis meses de haber iniciado su mandato sería visto como un incumplimiento hacia los boyacenses, y podría fortalecer las críticas sobre el uso del cargo como un trampolín político. Incluso su opositor Rodrigo Rojas ha señalado que este tipo de decisiones demuestran que la ambición política pesa más que el compromiso regional.
Más allá del futuro de Amaya, está en juego su credibilidad política y la estabilidad institucional de Boyacá, que podría enfrentarse nuevamente a una administración interina sin claridad en la continuidad de su agenda.
Gobernar, como bien se ha señalado, no debe ser un trampolín, sino una responsabilidad que exige coherencia y constancia, no simples cálculos electorales.



