Durante los inviernos más crudos, las bajas temperaturas pueden ser mortales para los terneros recién nacidos, especialmente en áreas tan sensibles como las orejas, que son más propensas al frío debido a su circulación sanguínea limitada. Ante este desafío, una granjera de Wisconsin, Estados Unidos, ideó una ingeniosa solución después de perder su establo en un incendio durante una ola de frío polar: ¡orejeras para los terneros!
Esta original medida ha ganado rápidamente popularidad entre otros ganaderos, quienes también han comenzado a usarla para proteger a sus terneros del riesgo del frío extremo. La solución, que se destaca por su simplicidad y efectividad, ha demostrado ser una alternativa valiosa y práctica. ¿Qué opinan de esta ingeniosa idea?




