Estella Cruz, una tolimense que luchó por cambiar el rumbo de su familia.
Giraldo
Estella Cruz, se ha convertido en un ejemplo como muchas otras madres más que han luchado por sacar a sus hijos adelante, una madre que tuvo que ser papá y mamá al mismo tiempo y que a pesar de las adversidades nunca desfallecio, Estella Cruz es una tolimense echada pa’ lante quien creció en el Cañón del Combeima en medio de las bellezas naturales que la tierra de Ocobos tiene para ofrecer, una mujer que a temprana edad quedó embarazada de una pequeña niña, llamada María Fernanda, ante tal noticia Estella sin pensarlo dos veces tomó sus maletas y se fue a la capital de Colombia con el fin de brindarle un mejor futuro a su pequeña, allí durante 15 años trabajó vendiendo mangos a las afueras de las instituciones.

Historia
Por mucho tiempo trabajó en la ciudad de Bogotá pero por cosas de la vida decide regresar a la tierra que la vio crecer, “ recorrí muchas calles de Ibagué, hasta que encontré lo que ahora llamó mi oficina” mencionó Cruz, aquella oficina de la que ella habla es la esquina de la carrera 5 con calle 27 más exactamente en la Institución Educativa Liceo Nacional, su jornada laboral empieza desde las 10 de la mañana y termina a las 7 de la noche. Su inicio como vendedora informal empezó en la ciudad de Bogotá cuando dicha mujer se quedó sin empleo.
Agradecer
“Yo trabajé en la informalidad, fui vendedora en tiendas y trabajé en fábricas, pero después de cuatro meses sin trabajo, las obligaciones hicieron que comenzara con la venta ambulante” manifestó Cruz, esta es una historia de admirar ya que por su arduo trabajo Estella logró proveer a su hija una buena educación, María logró estudiar en la Universidad de los Andes gracias al programa ‘Ser Pilo paga’, una joven ingeniera electrónica que con orgullo recuerda cómo su madre de domingo a domingo trabajaba por darle siempre lo mejor, una madre que siempre anhelo que a su hija nunca le faltará nada, un sueño que hizo realidad.
Ahora Fernanda trabaja en la ciudad de Bogotá, pero nunca olvida cada esfuerzo de su madre por entregarle lo mejor y por hacerle entender que ningún trabajo es deshonra.




