Una madre bonaverense vive momentos de angustia al completar 1 año en el que su hijo desapareció y le habrían dicho que está sin vida  

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La angustia se ha convertido en una compañera constante para Viviana Ramos, una madre bonaverense que desde hace un año vive una pesadilla sin fin: la desaparición de su hijo, Heyder Fabián Ortiz Ramos. El joven fue visto por última vez el 9 de mayo de 2024, fecha desde la cual no se tiene información clara sobre su paradero, generando en su familia un profundo vacío y una desesperación creciente.

Caso

Viviana recuerda con claridad cada detalle de aquel día. “Yo salí a trabajar normalmente y llegué a la casa a la medianoche, y vi que mi niño no estaba”, relata con la voz entrecortada. La mañana siguiente, al notar que Heyder no había regresado, comenzó a enviarle mensajes que, en un principio, llegaban con normalidad. Sin embargo, al mediodía, los mensajes dejaron de entregarse y las llamadas no fueron respondidas. Fue entonces cuando su instinto materno la alertó de que algo no estaba bien. La búsqueda comenzó de inmediato. Junto a otros familiares, Viviana se dirigió al barrio San Francisco, comuna 7 del distrito, más específicamente a la zona conocida como la «cueva de Rolando», donde Heyder solía frecuentar y vivía su abuela materna.

Temor

Lo más aterrador ocurrió poco después: Viviana recibió una llamada anónima desde una empresa de taxis, en la que una voz le dijo que no lo buscara más, que su hijo estaba muerto. «Fue devastador. Inmediatamente fui a las autoridades para reportar su desaparición y también hablé con los medios de comunicación”, comenta entre lágrimas. Con la esperanza de hallar alguna pista que condujera al cuerpo de su hijo, ella misma tomó una pala y comenzó a excavar en la zona señalada por rumores como posible lugar de entierro. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.

Búsqueda

Durante este año, la señora Ramos ha tenido que lidiar con el dolor, la impotencia y la falta de respuestas por parte de las autoridades. Aunque al principio recibió acompañamiento por parte de la Policía, el Ejército y el Ministerio Público, con el paso del tiempo ese apoyo se desvaneció. “No existe una ruta clara para estos casos. Buenaventura necesita mecanismos reales y efectivos para buscar a los desaparecidos”, señala con firmeza. Viviana también habla de la fortaleza que ha debido encontrar para seguir adelante, especialmente por su otro hijo, quien aún la necesita. “Pensé que iba a perder la cordura, pero Dios en su misericordia aquí me tiene, tengo que seguir luchando”. Añadió.


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