La muerte de una joven estudiante ha dejado enlutada a una comunidad entera y abre preguntas inquietantes sobre lo que quedó sin decir. Se trata de Shirly Quiñones, de 19 años y oriunda de Tumaco, costa de Nariño, quien fue identificada por las autoridades de Santiago de Cali como la joven que falleció en la vivienda donde residía con una familiar, tras trasladarse a la capital vallecaucana para continuar sus estudios de bachillerato.
La historia, que se ha ido armando entre versiones de amigos, familiares y vecinos, tiene ribetes de advertencia que no fueron atendidos a tiempo: según cuenta su círculo más cercano, al culminar la temporada académica en la Institución Educativa Santa Teresita de Tumaco (2024), Shirly decidió mudarse a Cali para seguir formándose. Allí compartió techo con una conocida que trabaja durante el día. Lo que nadie imaginó es que, apenas días después, la joven dejaría mensajes que hoy resuenan como súplicas.
Conmoción
Amigas de la adolescencia relatan que, en una conversación por chat, Shirly confesó sentirse “muy aburrida” y admitió pensamientos oscuros: “Pienso terminar con mi existencia”, habría escrito, según dijeron varias compañeras. El mensaje encendió las alarmas en Tumaco: sus allegados contactaron de inmediato a la persona con la que convivía en Cali para que estuviera atenta. La compañera respondió que lo haría, pero explicó que durante la jornada laboral no podía vigilarla constantemente.
Auxilio
Con el paso de los días, la tensión pareció aliviarse: Shirly retomó sus actividades y asistió a clases, lo que llevó a familiares y amistades a creer que el peor momento había pasado. Sin embargo, la mañana fatídica desmoronó esa esperanza. La compañera, al prepararse para salir a trabajar, asomó su cabeza a la habitación de Shirly y halló un cuadro que paralizó al edificio: la joven no reaccionaba. Vecinos fueron llamados en auxilio; la llevaron con urgencia a un centro médico en Cali, pero los médicos no pudieron hacer nada por su vida.
Desde entonces, la investigación judicial ha empezado a reunir hilos que la comunidad exige que no queden sueltos. ¿Hubo negligencias? ¿Fueron suficientemente atendidas las advertencias previas? ¿Qué pudo pasar en esas horas en las que nadie pudo protegerla? Mientras la Policía y las autoridades sanitarias trabajan en el protocolo, en Tumaco la noticia viajó rápido: el cuerpo de Shirly llegó el domingo y fue velado en su barrio natal, Puente Las Flores (Comuna 2).



