En un rincón del universo, una estrella muerta continúa consumiendo los restos de los planetas que alguna vez la rodearon. El hallazgo, liderado por astrónomos de la Universidad de Montreal, ofrece una visión perturbadora del futuro que podría esperarle a nuestro propio sistema solar.
Una enana blanca con apetito activo
La protagonista de esta historia es LSPM J0207+331, una enana blanca situada a unos 145 años luz, en la constelación del Triángulo. Aunque fue descubierta en 2019, nuevas observaciones realizadas con los telescopios del Observatorio W. M. Keck en Hawái revelaron algo inesperado: la estrella aún conserva un disco de escombros a su alrededor, señal de que sigue absorbiendo materia miles de millones de años después de su “muerte”.
Este fenómeno, conocido como acreción, ocurre cuando fragmentos de asteroides, cometas o incluso planetas enteros caen hacia la estrella. Lo más sorprendente es que la composición química de esos restos coincide con la de la Tierra.
Una autopsia cósmica
La atmósfera de LSPM J0207+331, lejos de ser pura, está “contaminada” con elementos como sodio, calcio, magnesio, hierro, níquel y cobalto. Esta mezcla solo puede proceder de material planetario rocoso. Según el coautor del estudio, Patrick Dufour, “las enanas blancas ofrecen una de las pocas formas de medir directamente la composición de los exoplanetas”.
Los datos sugieren que el planeta destruido tenía un núcleo metálico y un manto rocoso, una estructura casi idéntica a la de la Tierra. Para los astrónomos, es como estudiar la autopsia de un mundo que, en algún momento, pudo haber sido muy parecido al nuestro.
Un mensaje desde el futuro solar
El hecho de que esta estrella, con más de 3.000 millones de años como enana blanca, aún esté devorando restos planetarios desafía los modelos actuales de evolución estelar. Se creía que este tipo de actividad cesaba mucho antes.
Este descubrimiento no solo reescribe lo que sabemos sobre la vida y muerte de los sistemas planetarios, sino que también plantea una pregunta inevitable: ¿es este el destino que le espera a la Tierra cuando el Sol se apague?
Por ahora, la respuesta está escrita en los restos de un mundo lejano, que nos habla desde el silencio de una estrella que se niega a dejar de alimentarse.




