UNA ESCUELA QUE CAMBIA VIDAS

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En sur de la Capital Huilense, un grupo de apasionados por el fútbol ha decidido transformar la vida de jóvenes a través de una escuela de formación gratuita.

El proyecto fundado por Carlos Fuentes y su socio John Freddy Díaz, han tomado la iniciativa no solo busca desarrollar habilidades futbolísticas, sino también brindar oportunidades a niños y adolescentes de escasos recursos, mostrando que el deporte puede ser un camino hacia un futuro mejor.

Historia detrás de la escuela

Carlos Fuentes, originario de Bogotá, llegó a Neiva hace seis años con una visión clara: crear un espacio donde los jóvenes pudieran aprender y disfrutar del fútbol sin preocuparse por los costos económicos, así lo indicó a este medio de comunicación.

 Â«Nos dimos cuenta de que había mucho talento, pero también mucha necesidad», mencionó el Teacher Rolo, como muchos lo conocen, mientras recordaba cómo todo comenzó. Con el apoyo de John Freddy, quien se unió a la causa desde el principio, empezó a gestar una idea que hoy cuenta con 44 niños y 30 adultos en sus filas.

La propuesta fue clara desde el inicio: ofrecer formación futbolística gratuita. «Queremos que cada niño tenga la oportunidad de demostrar su talento, sin importar su situación económica», afirma John Freddy. Esta visión ha atraído a jóvenes de diferentes sectores de la ciudad, principalmente del sur, donde la necesidad es aún más palpable.

Una comunidad que responde

La respuesta de la comunidad ha sido asombrosa. Los fundadores decidieron ir a las escuelas, hablar con padres y rectores, y encontraron una apertura increíble.

«La gente ha visto la calidad de nuestro trabajo y ha comenzado a confiar en nosotros», señala Carlos. Con el tiempo, el proyecto ha ido tomando forma, y muchas familias han decidido involucrarse, entendiendo la importancia de ofrecer a sus hijos actividades constructivas y enriquecedoras.

El impacto positivo ha sido notorio. Con el tiempo, más de 70 jóvenes se han sumado a la escuela, disfrutando no solo del deporte, sino también de un ambiente de camaradería y apoyo mutuo. «Vemos a los niños venir felices, no solo por jugar, sino por ser parte de algo», expresa Jefferson Ortiz, uno de los instructores de la escuela.

El poder del trabajo en equipo

El equipo de la escuela está compuesto por dedicados instructores como Jefferson Ortiz y Gerardo José Silveira Peña, quienes no solo enseñan habilidades futbolísticas, sino que también fomentan valores de disciplina, respeto y compañerismo. «No solo queremos formar jugadores, sino también buenas personas», destaca Jefferson, quien agregó que el enfoque integral busca generar un impacto positivo en la vida de cada niño.

Por otro lado, Gerardo un estudiante venezolano que se unió al equipo por su amor al deporte, resalta la importancia de inculcar el amor por el fútbol desde temprana edad. «El deporte es una herramienta poderosa que puede cambiar vidas», comenta con entusiasmo. Los instructores trabajan en conjunto para garantizar que cada niño reciba la atención y el apoyo necesarios, adaptándose a las diferentes necesidades y habilidades de cada uno.

Desafíos y esperanzas

A pesar del éxito inicial, el camino no ha sido fácil. Los fundadores mencionan la falta de apoyo gubernamental y la necesidad de financiar su proyecto a través de actividades como rifas y donaciones de la comunidad. «Trabajamos con las uñas, pero con mucho corazón», asegura John Freddy. La autosuficiencia ha sido un reto constante, y los instructores a menudo tienen que recurrir a la creatividad para obtener recursos y mantener la escuela en funcionamiento.

Sin embargo, el espíritu de esta comunidad es fuerte y cada paso hacia adelante se siente como una victoria. Los padres de los niños también han jugado un papel crucial en el crecimiento de la escuela. «Nos ayudan en actividades y muestran un compromiso increíble con el proyecto», menciona Carlos. Esta unión entre padres e instructores es fundamental para el desarrollo de los jóvenes, creando un ambiente familiar y de apoyo.

Una Convocatoria Abierta

La escuela no solo se centra en el fútbol; también busca integrar a la comunidad en un proyecto de formación integral. Carlos invita a todos los interesados a conocer el «Templo del Fútbol», donde los niños pueden entrenar en un ambiente seguro y enriquecedor. «Es un espacio abierto para quienes quieran ser parte de esta familia», afirma con entusiasmo.

La invitación está hecha no solo para los niños, sino también para los padres y la comunidad en general. «Queremos que todos conozcan nuestro proyecto y se sumen a esta hermosa causa», dice John Freddy. Esta inclusión es fundamental para el crecimiento del programa, ya que el apoyo comunitario puede marcar la diferencia en la vida de estos jóvenes.

Mirando hacia el Futuro

Con grandes planes en mente, los fundadores aspiran a participar en torneos departamentales y, eventualmente, nacionales. La meta no solo es mostrar el talento de sus alumnos, sino también demostrar que el esfuerzo colectivo puede superar cualquier obstáculo. «Invitamos a todos a unirse y apoyar esta causa, porque el fútbol puede ser un cambio significativo en la vida de estos niños», concluyen.

En una ciudad donde las oportunidades a menudo son limitadas, esta escuela se erige como un faro de esperanza. La dedicación de sus fundadores, el compromiso de los instructores y el entusiasmo de los jóvenes que participan son prueba de que, cuando se trabaja en equipo, es posible transformar vidas.


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