Una colilla de cigarrillo resuelve un asesinato 30 años después

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Más de 30 años después de ser estrangulada, la identidad del asesino de Mary McLaughlin fue descubierta gracias a una colilla de cigarrillo encontrada en su apartamento. La colilla, que contenía un perfil de ADN, resultó ser la pista clave que condujo a los detectives a un sospechoso previamente desconocido, al coincidir con una muestra encontrada en el nudo del cordón de la bata con la que Mary, madre de 11 hijos, fue asesinada.

El caso sorprendió inicialmente a los investigadores, ya que el principal sospechoso estaba preso en Edimburgo cuando ocurrió el crimen en el oeste de Glasgow. Sin embargo, un libro de registros del alcaide reveló que Graham McGill, un agresor sexual en serie, estaba en libertad condicional en septiembre de 1984, cuando ocurrió el asesinato, y que regresó a su celda solo horas después de abandonar la casa de Mary la madrugada del 27 de septiembre.

El caso, uno de los más impactantes de los que la científica forense Joanne Cochrane ha investigado, está siendo narrado en un documental de la BBC, Murder Case: The Hunt for Mary McLaughlin’s Killer. La historia de la tragedia y la larga búsqueda de justicia ha marcado profundamente a la familia de Mary.

La última noche de Mary comenzó como cualquier otra, disfrutando de una bebida y jugando al dominó en un pub. Salió sola del bar alrededor de las 22:15 y caminó menos de 2 kilómetros hasta su apartamento. En el camino, se detuvo en una tienda de papas fritas donde charló con el personal mientras compraba un paquete de frituras y cigarrillos. Un taxista recordó haber visto a un hombre seguirla mientras caminaba descalza, con los zapatos en la mano.


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