Cientos de familias del corregimiento de Bruselas, en el municipio de Pitalito, comienzan a experimentar un cambio profundo en sus condiciones de vida gracias al proyecto de instalación de sistemas sépticos familiares, una iniciativa que marca un antes y un después en la historia ambiental y sanitaria de esta zona rural.
La obra, liderada por la Alcaldía de Pitalito, en articulación con EMPITALITO E.S.P., bajo la gerencia de Carolina Calderón Valderrama, y la Oficina de Ambiente y Gestión del Riesgo, busca poner fin a años de contaminación producida por el vertimiento directo de aguas residuales a quebradas y ríos que atraviesan el territorio laboyano. Este esfuerzo conjunto no solo representa una mejora técnica, sino una apuesta por la dignidad y el bienestar integral de las familias campesinas.
Impacto sostenible
El impacto del proyecto se siente en distintos frentes. En primer lugar, las comunidades beneficiadas ahora cuentan con un sistema eficiente para el manejo de aguas residuales, lo que reduce significativamente los riesgos sanitarios y la proliferación de enfermedades. En segundo lugar, se fortalece la protección de las fuentes hídricas, un patrimonio natural esencial que abastece al municipio y a las veredas aledañas.
Los habitantes coinciden en que el cambio es tangible: sus viviendas son ahora espacios más limpios y seguros, y el ambiente que los rodea empieza a recuperarse del daño acumulado durante décadas. Para muchos, este avance simboliza una inversión en salud pública y justicia ambiental, más allá de una simple obra de infraestructura.
“Antes las aguas sucias corrían por las quebradas y el olor era insoportable; ahora vivimos mejor, más tranquilos y con la esperanza de un entorno sano”, comentó uno de los beneficiarios del proyecto, quien destacó el acompañamiento técnico y social de EMPITALITO durante todo el proceso.
De acuerdo con la gerente Carolina Calderón Valderrama, esta iniciativa hace parte de una estrategia integral que busca ampliar la cobertura y el impacto positivo del saneamiento básico en el sector rural. “Cada sistema séptico instalado representa un paso hacia la equidad, la sostenibilidad y la salud ambiental. Es nuestra responsabilidad garantizar que las comunidades rurales también tengan acceso a servicios dignos y eficientes”, sostuvo.
Además, la funcionaria resaltó el trabajo articulado con la administración municipal y la comunidad, lo que ha permitido no solo ejecutar el proyecto con eficiencia, sino también generar conciencia ambiental sobre el cuidado del agua y la gestión responsable de los residuos.
Un modelo
Con este esfuerzo, el corregimiento de Bruselas se posiciona como un referente regional en la gestión ambiental y social, demostrando que cuando la administración pública prioriza lo humano y lo sostenible, el desarrollo llega a todos los rincones del territorio.
El proyecto de saneamiento básico rural no solo transforma las condiciones sanitarias, sino que restaura la confianza de la comunidad en la gestión pública, dignificando la vida campesina y proyectando a Bruselas como ejemplo de un futuro más limpio, equitativo y sostenible para el sur del Huila.




