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En el departamento de Caquetá, la siembra de minas antipersona ha vuelto a ser una preocupante realidad. Después de haber logrado despejar varias zonas de este tipo de armas no convencionales, las autoridades se han encontrado con que, en las últimas semanas, se han incrementado las áreas afectadas nuevamente por estos artefactos mortales. La presencia de minas antipersona es una de las principales amenazas para la población civil, especialmente en áreas rurales y de difícil acceso, donde los grupos armados ilegales han retomado esta práctica con el objetivo de impedir el avance de las fuerzas del orden y, en muchos casos, de generar terror en las comunidades.
Contexto
Arturo Perdomo Granja, secretario de Gobierno de Caquetá, ha sido claro al señalar que este fenómeno no es aislado, sino que es parte de un patrón de comportamiento de los grupos armados ilegales, que buscan recuperar el control sobre ciertas zonas del departamento. La siembra de minas antipersona no sólo representa un riesgo para la vida y la integridad de las personas, sino también un obstáculo para el desarrollo y la paz en la región. Según Perdomo, en algunas áreas, estos grupos armados están impidiendo el acceso de los equipos especializados en desminado humanitario, lo que retrasa aún más los esfuerzos por desactivar las minas y devolver la seguridad a las comunidades afectadas.
Un impacto devastador
Uno de los aspectos más preocupantes de esta situación es el impacto directo que las minas antipersona tienen sobre la población civil. Las minas, que a menudo están ocultas en el suelo, son muy difíciles de detectar, lo que las convierte en una amenaza constante para quienes transitan por las zonas donde fueron sembradas. Las víctimas de estos artefactos suelen ser campesinos, niños, mujeres y cualquier persona que no esté al tanto de la presencia de estas armas. Además, el riesgo aumenta en zonas cercanas a escuelas y viviendas, donde las personas realizan sus actividades cotidianas sin sospechar el peligro que acecha bajo sus pies.
La reacción de las autoridades
El llamado de atención del secretario de Gobierno de Caquetá es claro y urgente: los grupos armados ilegales deben cesar inmediatamente la siembra de minas antipersona, especialmente en áreas cercanas a infraestructuras vitales como escuelas y viviendas. De acuerdo con Perdomo, la reactivación de este tipo de actividades es un retroceso en los esfuerzos por lograr una paz estable y duradera en la región.




